¿Serán que todo los que nos pasa en este mundo termina siendo algo bueno?

En Romanos 8:28 la palabra de Dios nos dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” En muchas iglesias y algunos cristianos, piensan que esta porción bíblica lo que está diciendo es que después de algo malo o bueno que nos sucedió, se le pude considerar como una experiencia que nos ayuda hacer mejor persona o tal vez tener oportunidades mejores hasta en el sentido económico.

Matthew Henry sobre esta porción bíblica dice en su conocido comentario: “Es bueno para los santos lo que hace bien a sus almas. Todas las providencias tienden al bien espiritual de los que aman a Dios, para apartarlos del pecado, acercarlos a Dios, destetarlos del mundo y prepararlos para el cielo. Cuando los santos actúan fuera de su carácter, se emplean correcciones para traerlos de vuelta.”

Matthew Henry quien fuera un teólogo ingles del siglo XVI realmente lo que explica sobre el texto es que, Dios permite cosas buenas y malas en los cristianos con un solo propósito, y ese propósito es que cada día crezcamos más espiritualmente, y nos conformemos más a la imagen de su hijo Jesucristo.

Si usted nota la explicación de Matthew Henry, hay cuatro puntos claves para entender el texto, el primero es que cualquier cosa que nos ocurra nos debe hacer reflexionar para apartarnos del pecado. Un ejemplo, si pasamos por el dolor de una pérdida de un ser querido, y por algún motivo nuestro dolor me lleva a creer que hay un culpable en esa muerte, no debo pecar en el sentido de tomar la justicia por mis propias manos, más bien debo orar a Dios, someterme al Señor para que Él haga la verdadera justicia, ya sea a través de las autoridades que Él mismo ha establecido o directamente de una forma sobrenatural.

Por otro lado, puede ocurrir que, si pasamos por el dolor de la muerte de un ser querido, podríamos tener sentimientos de rabia u odio contra ese ser fallecido porque tal vez en vida esa persona disgustó con nosotros, o tomó decisiones donde fuimos afectados de alguna forma, y lo que nos sugiere realmente el texto es que vayamos a Dios y le entreguemos esa carga. En este primer punto el cristiano no debe pecar, debe más bien dejar lo que sienta y experimente en manos de Dios y así volverse más dependiente del Señor.

El segundo punto en el que Matthew Henry habla de “Acercarnos a Dios.” No es más que entender que lo bueno o lo malo que experimentemos en esta vida, en vez de alejarnos de Dios lo que debe hacer es unirnos más a Él. Por ejemplo, hay muchas personas que en su vida triunfan, ocupan buenos cargos, pero siempre están buscando el reconocimiento humano, perdiendo toda humildad, y su mayor interés es lo que dicen otros de él o de ella. El cristiano no debe hacer alarde de sus victorias, por eso la palabra enseña en Mateo 6:3 “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha.”

El tercer punto de la interpretación de Matthew Henry lo que nos dice es que, cualquier cosa que nos ocurra en la vida buena o mala nos debe destetar del mundo. La palabra destetar del mundo es dejarse de nutrir de las cosas del mundo. Las cosas que nos nutren son las que nos mantienen vivos, eso indica que no deben ser las cosas del mundo lo que nos haga ser vivaz sino Dios. Y cuando algo bueno o malo nos ocurra tenemos es que buscar la leche de Dios para ser fortalecido en cualquiera de esas situaciones.

Por último, el cuarto punto que expone Matthew Henry lo que nos quiere decir es que, las cosas buenas o malas que nos sucedan nos deben preparar para el cielo. ¿Cómo podría ser eso? Sencillamente cuando las circunstancias buenas o malas llegan a nuestra vida, tenemos que saber o más bien recordar que estamos de paso por este mundo, camino al cielo y que estas cosas por muy dolorosas o gratas que sean serán pasajeras a nuestra verdadera vida. El cristiano debe tener conciencia constante de que su vida o la vida es lo que dice Santiago 4:14 cuando reza: “¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.”

Para concluir solo me queda decir, que la Biblia es un libro que nos enseña a los seres humanos el plan de salvación de Dios a través de su único hijo nuestro Señor Jesucristo. Creer que la Biblia o el cristianismo es un talismán o una filosofía para vivir en este mundo de manera opulenta, exitosa y mundanamente feliz, no es más que una falacia porque como dijo san Pablo en su carta a los Efesios 5:16 “Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.”

Que Dios me los bendiga.

Nelson Vergara 


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