El diezmo fue un impuesto al pueblo de Israel para mantener a los sacerdotes levitas en la antigüedad, hoy el diezmo como impuesto no existe, lamentablemente algunas iglesias por desconocimiento o por avaricia lo predican como un impuesto, que si no se da, la persona queda en un estado de pecado que según ellos indefectiblemente los llevará a la pobreza. Pero si eso fuera así, los grandes empresarios del mundo fracasarían financieramente casi de inmediato, porque ellos ni siquiera tienen una relación con Dios.
Tal vez usted me dirá, pero para los hijos de Dios la ley es diferente, realmente no es cierto, empezando que la Biblia no es un libro de finanzas personales y mucho menos empresariales, la Biblia es un libro de salvación, donde el gran legado es aborrecer al mundo pecador que está lleno de avaricia y entregarse a Cristo para reconciliarse con Dios Padre y heredar el reino venidero.
Hoy lo que Dios quiere es que no seamos egoísta, que ayudemos a los demás en especial a los más necesitados, sean familia, amigos o tal vez desconocidos, no importa. El pecado está en el egoísmo, y si asistimos a una iglesia local podemos apoyarla con una ofrenda de corazón para que la institución siga adelante con la misión del evangelio de nuestro Señor Jesucristo, lo cual es correcto pero no es obligación.
En este tema hay algo que es muy álgido y es el tema del "Pastor y el dinero." Y es de este que muchos se agarran para justificar su egoísmo más que su análisis sobre las finanzas de la iglesia. Tenemos que recordar que el pastorado no es un cargo u oficio, es un llamado, los pastores no están llamados a la opulencia sino a la piedad, no podemos decir tampoco que están llamados a la pobreza porque eso no es cierto, pero el salario que una congregación le coloqué a sus pastores debe ser digno para que el viva como vive todos los trabajadores del lugar.
Es claro que este tema se volvió crítico y el mayor pretexto para no ayudar a la iglesia, porque existen un sin numero de congregaciones evangélicas donde su falsa doctrina es que, si eres hijos de Dios Él te debe enriquecer en esta tierra (Falsa doctrina de la prosperidad). Hoy vemos como algunas congregaciones han creído este nefasto discurso, y son manipuladas para que sus líderes vivan una vida opulenta y en algunas ocasiones extravagante.
Algo que he tenido muy claro desde hace mas de una década es que, cuando veamos a un pastor o líder cristiano que se volvió rico o millonario por ejercer el pastorado, podemos decir con certeza que es un falso profeta. El pastorado no debe enriquecer a nadie, porque si a una congregación le llegan miles de millones de peso o dolares, al pastor hay que colocarle un salario normal y lo demás invertirse en la obra social de la comunidad cristiana.
Para concluir puedo decir que el diezmo no es un impuesto desde que Cristo vino a la tierra. Hoy damos para apoyar la obra salvífica de Cristo, y no importa la cantidad, lo que importa es nuestro sentir del dar, de ayudar, de bendecir, con lo que Dios nos ponga en el corazón, por eso la Biblia dice muy claramente: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” (2 Corintios 9:7-9)
Que Dios los bendiga.
Nelson Vergara
Comentarios
Publicar un comentario