El cruel martillo del pastor


La noticia en días anteriores en Colombia ha sido la de un hombre que al parecer es un pastor cristiano, quien en una plaza del municipio de Mompox de Colombia destruyo a martillazos una imagen de la virgen del Carmen. Lo que enardeció aún más a los seguidores de esta virgen fue que lo hizo el mismo día en que se celebra sus fiestas y en una población que es católica por excelencia.

Me pregunto ¿De qué sirve hacer un acto tremendista como este? ¿Sera que los que practican la idolatría a las imágenes se arrepentirán al ver esto? Estoy convencido que estos actos no dejan nada bueno a la fe cristiana, y no se justifican de ningún modo, así la idolatría esté prohibida directamente por la palabra de Dios (Éxodo 20:4-6).

Reconozco que tengo muchos amigos y familiares católicos a los cuales aprecio mucho, con los que he tenido más de una vez conversaciones sobre este tema, el cual entiendo, pero no comparto.  Entre los argumentos que ellos me dan esta por ejemplo que las imágenes son como las fotos de nuestros abuelos, las cuales nos hacen recordar aquellas personas que estuvieron con Jesus, otros que solo son ornamentarías religiosas para una mayor devoción a Dios, por otra parte, muchos se apoyan en que en la biblia se hicieron querubines que estaban alrededor del arca del pacto, y así una serie de explicaciones que si hacemos una correcta pesquisa Bíblica encontraremos que no hay un fundamento para esta práctica.

Ahora entiendo que un católico no está pegado a la práctica de venerar imágenes, porque el tomo una decisión sopesada para hacerlo, sino porque la misma cultura católica lo lleva a esclavizarse de estas. Lo anterior lo digo con razón de causa, debido a que en mi vida como católico las imágenes jugaban un papel fundamental de mi fe, eran estas la que me hacían el milagro (Pensaba yo), por eso las veneradas e invocaba cada vez que estaba en dificultades, al punto que Cristo no era el centro de mi adoración, aunque de vez en cuando le oraba, pero con creces fácilmente le ganaba cualquiera de los santos que consentía.

Lograr la libertad de la idolatría que se le infunde como tradición a cualquier persona sea católica o no, es muy difícil, sencillamente porque su entendimiento esta velado de tal manera que lo tiene imposibilitado para ver la realidad de su práctica.  Soy consciente que obtener la libertad de la idolatría hace parte del combo que Dios nos regala cuando nos hace libre del pecado y salvos por la muerte sustitutoria de Cristo Jesús en la cruz. La idolatría para mi es más un problema espiritual que de entendimiento.

Pero volviendo al tema del pastor que le metió varios martillazos a la imagen de la virgen, su acción la considero una perderá de tiempo, como dije nadie sale de la idolatría al ver un acto como este ¿Por qué? Hay dos puntos básicos, el primero es que nadie se convierte por vista, ni siquiera con un milagro espectacular, un clásico de esto fue Israel en el desierto, vieron el mar abrirse en dos, vieron salir agua de la peña, vieron el maná del cielo y la carne que Dios le enviaba, y con todo eso renegaron de Dios adorado al becerro de oro. Tenemos que esta claros, las personas se convierten a Cristo por la gracia de Dios lo cual no es una decisión humana sino una obra completamente del Señor orquestada desde antes de la creación del mundo.

Segundo los seres humanos somos por nuestra naturaleza “Rebeldes activos” en palabras más castizas “Nos encanta hacer lo prohibido” para la muestra un botón, estoy seguro que este acto medio vandálico del pastor más que poner a reflexionar a alguien sobre la idolatría que practica lo que trajo como resultado es un aumento de venta de imágenes y velones para seguir en la práctica, pero lo más llamativo es que en Colombia los noticieros no sabe ya que transmitir y ese día esta estupidez fue una noticia de gran importancia.

Para concluir puedo decir que, aunque no estoy de acuerdo con mis amigos y familiares católicos en tener imágenes de santos y menos en adorarlas, es sano comprender que la base principal de ser un ser sociable es respetar las diferencias, por lo cual no se puede tolerar que una persona agreda las convicciones de otro de una forma tan violenta como hizo este supuesto pastor, que ahora le tocara presentarse ante la justicia humana por lo menos a dar cuenta de su irrespeto. Sigo creyendo que los evangélicos y los católicos tenemos que respetarnos, y unirnos en los puntos comunes para luchar contra ciertos males que aparecen día a día en nuestra sociedad y que son nocivos para el reino de Dios.  

Que Dios le bendiga

Nelson Vergara