Yo sería cristiano de no ser por los cristianos

En muchos lugares del internet se encuentra la siguiente historia sobre Gandhi, la cual comparto como preámbulo de este artículo:

“En una autobiografía que se publicó en la India, Gandhi mencionó que en sus días de estudiante se impresionó mucho al leer los evangelios y que pensó seriamente en bautizarse y ser miembro de una iglesia cristiana. Pensaba que en el cristianismo estaba la solución a los prejuicios raciales y a las diferencias de casta que afectaban a la India y a África del Sur.

Un domingo por la mañana Gandhi fue a una iglesia cristiana que estaba cerca de donde vivía, tenía el propósito de hablar con el pastor al terminar el culto para hacerse cristiano. Cuando entró en el templo la comisión de recepción se negó a proporcionarle un asiento, y le sugirió que fuera a una iglesia de “negros”. Gandhi salió de aquel templo para no volver más. «Si también los cristianos tienen diferencias de clase», pensó, «permaneceré siendo hindú, y desde allí atacaré el mal».

Lamentablemente Gandhi nunca dio el paso final para hacerse cristiano, él dijo: “yo sería cristiano de no ser por los cristianos”; permaneció hindú hasta el final. Adoraba a Cristo como una de las encarnaciones de Dios, pero no como la única.”

Después de leer lo anterior encuentro que no es una realidad muy lejana a nuestros días, hoy muchas personas no se acercan a las iglesias porque se han dado cuenta la falta de coherencia que presenta el pueblo de Dios con referencia a las enseñanzas de Cristo. La vida cristiana de muchos hoy esta tan lejos de las verdaderas enseñanzas de Dios, que muchos seguramente dirán como Gandhi “Yo sería cristiano de no ser por los cristianos.”

En esta mañana de Domingo, mientras el predicador de nuestra iglesia daba el sermón, pudimos entender que el mejor evangelismo o la mejor prédica que podemos hacer para el mundo inconverso es ser coherentes con Cristo. Aunque estas palabras podrían ser fácil expresarlas, pero no tanto ponerlas en práctica, creo que la mejor solución para que tengamos coherencia con las enseñanzas de Dios es postrarnos ante Él y orar pidiendo esa dirección.

Cristo fue la máxima expresión de la coherencia de un ser humano con Dios, al punto que esa coherencia era percibida como autoridad, en el evangelio de Marcos 1:22 se nos dice: “Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.” Era claro que los escribas predicaban, pero no aplicaban, mientras Cristo todo lo que creía, pensaba, sentía, hablaba y hacía, era lo que Dios Padre le ordenaba.

Creo que el ser coherente es más espiritual que actitudinal, como son todas las cosas del cristianismo, pero no por eso podemos descuidar nuestras acciones, tenemos que orar y hacer el esfuerzo de corregir. Lo cierto es que la gracia de Dios no quita la responsabilidad del hombre, todo lo contrario, se la demanda, porque definitivamente la gracia de Dios es integral.

No quisiera estar en los pantalones de esos ujieres que le negaron a Gandhi ser del pueblo de Dios, seguramente darán cuenta de ello ante el Dios viviente, pero ¿Cómo estamos nosotros? ¿Será que discriminamos a personas por alguna condición natural o pecaminosa que esta presenta? ¿Será que nos creemos seres de otro nivel por ser cristianos? Sería bueno analizarnos y poder vernos en el espejo de Dios para corregir si es el caso.

Y de pronto también hemos conocido personas que se escudan en nosotros para no ser parte del pueblo de Dios, y se pasan toda la vida buscando la paja en el ojo del cristiano para no llegar a Cristo, pero no por eso podemos bajar la guardia en lo referente a nuestra vida cristiana, la cual en gran manera debe ser coherente con el Señor.

Recuerda, el mundo nos engaña y nos puede hacer caer miles de veces, haciéndonos creer que la vida de un cristiano puede permitir el orgullo, la vanagloria y la altivez, pero apercíbete, porque podría ser un engaño fatal y tal vez no solo, no es coherente nuestra vida con Cristo sino también nuestra salvación.

Bendiciones

Nelson Vergara

Comentarios