Además, de ser cierto que el aceite posee propiedades
milagrosas, fuera de sus funciones naturales, el SEÑOR Jesucristo hubiera
indicado instrucciones al respecto. Pero La Biblia refiere otras enseñanzas:
Luc 9:1-2 “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio
poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los
envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos”.
Estos versículos especifican que son la autoridad y el poder
de Dios concedidos por Jesús a sus discípulos los que sanaban a los enfermos;
no el aceite.
Además, Pedro, Pablo y los demás apóstoles también creían
por fe en el nombre y en la autoridad concedida por el SEÑOR para sanar
enfermos:
Hch 3:6-8 “Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo
que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y
tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies
y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el
templo, andando, y saltando, y alabando a Dios”.
Hch 5:14-16 “Y los que creían en el Señor aumentaban más,
gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a
las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos
su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos
venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y
todos eran sanados”.
Hch 8:5-7 “Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de
Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las
cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos
que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos
paralíticos y cojos eran sanados”.
Hch 9:33-34 “Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que
hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico. Y le dijo Pedro:
Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó”.
Hch 14:8-10 “Y cierto hombre de Listra estaba sentado,
imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Este
oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para
ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y
anduvo”.
Es evidente que el aceite en sí no contiene poderes
sobrenaturales para sanar. Santiago instruye linealmente conforme a las
ordenanzas del SEÑOR Jesucristo en base en Su nombre, Su autoridad y Su poder
para la sanidad por medio de la fe.
El propósito específico del aceite en Santiago 5:14
Entonces ¿Cuál es el propósito específico del aceite
mencionado en Santiago 5.14? Mike Rodríguez explica la exegesis sobre este
versículo:
-“¿Está alguno enfermo entre
vosotros?”.- La palabra griega para enfermo en el vs. 14 es “asteneo”. Y su
significado es “débil, deficiente en fuerza, delicado, sin energía”; lo cual
nos hace concluir que Santiago estaba hablando acerca del que está enfermo en
el sentido “físico”. En el vs. 15 la palabra griega para enfermo es “kamno”
palabra que lleva la connotación de “cansado, débil, agotado”. Lógicamente el
resultado de estar físicamente enfermo.
Santiago, en su única enseñanza acerca de los ancianos (pastores)
de la Iglesia, exhorta a los enfermos, quienes están en necesidad de sanidad
física, de llamar a los ancianos.
“y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del
Señor”. Santiago pide que los ancianos hagan dos cosas y es claro en cuanto al
orden en que se deben realizar. La palabra “ungiéndole”, de acuerdo a la
gramática griega, es un participio aoristo que le precede al verbo principal,
en este caso, “oren”, verbo que se encuentra en el imperativo aoristo. El
aoristo es indicación de una simple acción (una vez), contrario a un participio
presente (acción continua). El imperativo aoristo, al igual que el participio,
es una orden de una acción futura que se debe realizar una sola vez, contrario
a una acción continua.
Por lo tanto, la orden de Santiago, es que, primeramente
haya unción, luego oración en el nombre del Señor. De manera que el texto debe
leer, “ungiéndole con aceite, oren por él, en el nombre del Señor”.
-“Ungiéndole con aceite”.- En el idioma griego existen dos
verbos que se traducen ‘unción’. Lamentablemente, como en muchos casos, las
traducciones no siempre hacen justicia a las palabras originales, como lo es en
este caso. Está el verbo “aleifo” el cual es la base de “aleifantes”, verbo
usado por Santiago en el vs.14 y el otro verbo es crio o “ekrio”. “Crio” es el
verbo que envuelve todo acto ritual de consagración, de índole religioso. Es el
verbo de donde se deriva Cristo—“El Ungido”. Algunos textos donde se hace uso
de este verbo son, Lucas 4:8; Hechos 4:27; 10:38; Hebreos 1:9. En cambio
“aleifo” es un verbo con significado secular.
-“La diferencia es material, y se pierde cuando ambos verbos
son traducidos como “unción”; sólo el segundo verbo (“crio”) debe ser traducido
de esta manera, pues se usa con referencia al acto sagrado mientras que el
primero (“aleifo”) se refiere al uso común del aceite. ¡La diferencia en el
Griego no se puede ignorar! “Ungir” en nuestra versión Inglés (y Español) deja
una mala impresión” R.C.H. Lenski, The Interpretation of the Epistle of James,
págs 660-661.
-“Aleifo” es un término general usado para el ungimiento
cualquiera, “Crio” está más limitado en su uso y está confinado a ungimientos
sagrados y simbólicos” W.E. Vine’s Expository Dictionary of NT Words.
-“Aleifos” usualmente, se usa cuando se frota o aplica
aceite/ungüento sobre el cuerpo. Era muy común en los tiempos bíblicos el
frotar sobre el cuerpo aceite o bálsamo (especies mezclada con aceite) como una
forma de fragancia después de un baño (Rut 3:3; 2 Crónicas 28:15; Daniel 10:3;
Lucas 7:38), y como medicina. (Isaías 1:6; Ezequiel 16:9; Jeremías 8:22; 46:11;
Marcos 6:13; Lucas 10:34).
-“Es un hecho muy bien documentado que el aceite era una de
las medicinas más comunes en tiempos bíblicos. Es evidente que Santiago está
prescribiendo ambas, oración y medicina” Expositor’s Bible Commentary, vol. 12,
p. 204.
“Lo que aquí se recomienda, debía de hacerse como un medio
natural para restaurar la salud, algo que, mientras hacían oración y súplicas a
Dios, no debían de descuidar” Adam Clarke’s Commentary, vol. 6, p. 827.
“Significa que el cuerpo enfermo de una persona debe ser
frotado con aceite tal y como una enfermera hoy frota el cuerpo de su paciente
con alcohol. Cuando Santiago ordena a los ancianos a hacerlo, en su visita a un
paciente, significa que la iglesia, por quien actúan los ancianos, se interesa
tanto en el cuerpo, así como en el alma”. R.C.H. Lenski, The Interpretation of
the Epistle of James, p. 661-662.
Y por si esto no fuera suficiente, la epístola de Santiago
se dirige a creyentes judíos que padecían persecución probablemente bajo
Herodes Agripa I (Hechos 7.31-34; ca. 44 d.C.), lo que alude a que posiblemente
que hayan padecido heridas por causa del evangelio. La prueba interna está en
el primer capítulo de esta epístola. Además en ese tiempo era común las
amenazas de muerte, los asaltos, los ataques de fieras salvajes, los
apedreamientos, azotes, prisiones, etcétera (Léase Lucas 10.30; Hechos 7.58-60,
12.1-5, 14.19; 2 Corintios 11.22-33; Filipenses 2.25-27).
Lo que, en conclusión, el aceite en este citado texto
bíblico (como en Marcos 6.13) es solo un remedio con fines medicinales para el
cuerpo sin carácter ritual o sobrenatural. (Hasta Aqui el comentario de Mike Rodríguez)
Espero los haya edificado en la sana doctrina.
Bendiciones
Nelson Vergara
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