Creo que muchos hermanos que hoy militan conmigo en la fe aún
mantienen esta práctica, sigo creyendo que es una costumbre que no podemos perder.
La realidad es que tener visita es agradable mas cuando vienen de otras
culturas o países, sencillamente porque no solo nos dejan el legado del
evangelio sino las vivencias interesantes que traen de lejanas tierras de las
cuales aprendemos mucho.
Definitivamente la carta que Dios puso en su palabra para
motivarnos al hospedaje es la tercera epístola de Juan, esta carta al igual que
toda la palabra nos da aliento a practicar lo que Dios desea que hagamos,
particularmente en la tercera de Juan se enfatiza en el hospedaje de hermanos
en la fe y hasta de hermanos cristianos que no conocemos. Ahora es cierto que
el mundo anda bastante perdido y bajar a cualquiera en casa no es una buena idea,
por eso hoy lo más recomendables es pedir referencia sobre las personas, lo
cual no es ajeno a este escrito debido a que el apóstol Juan recomienda con argumento
muy loables a Demetrio para que Gayo lo hospede sin problema.
Pero hablando del contenido de la carta podemos decir que trata
sobre el apóstol Juan escribiéndole a Gayo como ya dije, para que hospede a
Demetrio. Gayo es un hombre piadoso que tenía dos características importantes,
la primera es que su verdad era, que andaba en la verdad ósea en Cristo (3 Juan
1:3) y la segunda era su don de hospedador, especialmente a los cristianos que
predicaban el evangelio, pero algo que llama la atención grandemente es que la
caridad de Gayo era tal que hospedaba también a cristianos desconocidos (3 Juan
1:5).
Sin dudar la tercera carta de Juan es una tarjeta de vida que
Dios usa para motivarnos a la hospitalidad, no solo mostrando con Gayo lo que
se debe hacer sino contrastando con Diótrefes lo que no se debe hacer. Este
último antagonista completamente de Gayo, era un hombre lleno de ego, con deseo
de mando, el cual se daba el lujo de no recibir al apóstol Juan, adicionalmente
le gustaba el parloteo con palabras malignas ósea el chisme destructivo y lo
peor, no recibía a los cristianos, y si se enteraba que alguno de los miembros de
la iglesia recibía en hospedaje a algún hermano lo expulsaba de la congregación.
(3 Juan 1:9-10).
Seguramente te estarás preguntando ¿si Diótrefes era un cristiano
verdadero con tremenda actitud?, aunque Cristo dijo que por sus frutos lo conoceréis
(Mateo 7:16), quiero dejar a tu conclusión lo que el mismo Juan expresa en el
verso 11 cuando le dice a Gayo “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que
hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.”
Hoy Lamentablemente no pasan muchos cristianos extranjeros por
nuestras tierras, sencillamente porque el fervor por las misiones está muy
apagado especialmente en norte América de donde salieron en décadas pasadas
muchos misioneros. Pero, aunque no haya una llegada masiva de hermanos, siempre
Dios pone uno que otro que pernocte con nosotros, por lo cual motivo a todo los
que leen este artículos que nunca pierdan el deseo de hospedar y que siempre
que sientan que se les diluye recuerden lo que el espíritu dice a las iglesias
en Hebreos 13:2 “No os olvidéis de
mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.”
Que Dios le bendiga
Nelson Vergara