La cultura de inflar el ego ha llegado a todos de una forma aberrante, hoy vemos como muchos tiene que viajar a países desarrollados para poder ser más gente que los demás, o poseer el vehículo de la gama más alta para poder enviar el mensaje de “yo tengo”. Pero lo más complicado de asunto es que la envidia aparece en escena.
Tuve un jefe por cierto mujer en una de las empresas que laboré, la cual no le gustaba que sus colaboradores o subalterno la sobrepasaran en estudios o posesiones, ella no se podía imaginar a sus asistentes poseyendo mayor grado de formación o teniendo una mejor situación económica, sencillamente porque al parecer esto le bajaba de status.
La envidia es tan vieja como la humanidad, en la historia bíblica de Caín y Abel que está escrita en Génesis 4, nos deja ver que un hermano siente envidia del otro, y lo mata, la razón porque Dios le agrado más la ofrenda de Abel que la de Caín. Hoy muchas personas no pueden soportar a las otras porque estas poseen mejores bienes, o Dios les ha colmado de bendiciones. Harold Coffin un científico y arqueólogo adventista dijo alguna vez “La envidia es el arte de contar las bendiciones del otro en lugar de las propias”.
Pero la envidia llega a tal punto que se envidia a otros seres humanos que aparentemente están bien económicamente pero no saben las personas la gran cruz que llevan. Conozco el caso de un amigo muy cercano quien la vida le ha sonreído en lo material, pero en la parte de salud ha llevado una carga indescriptible, si usted lo ve creería que todo anda bien, podría sentir envidia por él, pero lo oculto de esta persona lo cual no puedo decir en este blog es tan duro, que en el momento que usted se entere no quisiera ser jamás como este amigo.
El ser humano llega a envidiar sin conocer a ciencia cierta la condición de otro, por eso la biblia nos prohíbe en Éxodo 20:17 “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”. Hoy debemos vivir tranquilamente y dar gracias a Dios por lo que Él nos da sea poco o sea mucho, siempre que el hombre determina ser como otro se frustra debido a que cada ser humano es tratado por Dios de manera diferente.
La biblia nos enseña que el no codiciar hace parte del amor, el Espíritu Santo a través del apóstol Pablo en la carta a los Romanos 13:9 dice “Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Si no codiciamos lo que sucede a los ojos de Dios es que amamos a nuestro prójimo, pero si lo codiciamos lo que ocurre es que en cierta forma y medida odiamos a esa persona.
Las redes sociales en especial el Facebook es un gestor de envidia, las personas tratan de publicar todo lo que puede generar envidia en otros, muchos en estas redes aplican el dicho de Heródoto el cual reza “Es mejor ser envidiado que compadecido”. Yo me pregunto cuántos no usaran el Photoshop para modificar una imagen y crear envidia, más de un maluquito se verá bonito, más de un ermitaño empobrecido en las redes será un hombre de mundo que viaja por todas partes. Total, las personas hacen lo imposible para decir “Soy más que tu”.
Un caso que me llama mucho la atención es las situaciones que viven ciertos siervos de Dios, los cuales están más pendientes de lo que ocurre en otras congregaciones que lo que Dios hace en las de ellos. Muchos Pastores Cristianos desean ser como otros, pero lo terrible del asunto no solo es la envidia ministerial, sino que están proclamando cada vez que lo expresan que no están conforme con lo que Dios le ha dado.
Para concluir solo puedo decir lo que dice Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” entonces si eres creyente ¿Por qué te afliges? ¿Acaso Dios se ha olvidado de ti? ¿No vendrá Jehová en tu ayuda? Por favor no envidies, para que no peques y puedas con tu ofrenda de vida agradar a Dios, Él tiene en su tiempo, en su hora, en su día lo mejor para ti.
Que Dios te bendiga.
Nelson Vergara