Las doctrinas de la gracia según el evangelio de Juan


Leyendo el libro de “Las doctrinas de la gracia en el evangelio de Juan” escrito por R. Bruce Steward, creo que es uno de los libros donde se explican sencillamente las doctrinas de la gracia las cuales para mí y para muchos cristianos son el verdadero fundamento de reforma luterana y por ende la posición teológica más acertada. Lamentablemente hoy las mayorías de las iglesias la han olvidado y en mi concepto ha sido una de las causas por la cual la falsa doctrina de la prosperidad ha imperado. 

R. Bruce comienza este libro hablando sobre las discusiones que han existido para determinar si la salvación es una elección del hombre o es una obra completamente de Dios, el menciona la controversia entre San Agustín y Pelayo a fines del siglo IV y principio del V, habla de la defensa de hecha por Lutero ante Erasmo en el siglo XVI por la defensa de la posición Agustiniana, menciona el famoso sínodo Dort en el siglo XVII donde seguidores de Jacobo Arminio presentan una protesta a la posición Agustiniana-Calvinista del evangelio y recuerda la respuesta de este sínodo quien resumió todo en las siglas TULIP (Total Depravity, Unconditional Election, Limited Atonement, Irresistible Grace, Perseverance of the Saints).

Bruce también presenta un resumen de las doctrinas el cual deseo publicar en este blog, aunque motivo a que se lea la obra completa debido a que en ella se encuentra el fundamente de cada doctrina según el evangelio de Juan, adicionalmente la obra es corta (solo 36 paginas) y dejo el link al final para que lo descargue.

Depravación Total 
El hombre (debido a la Caída y después de ella) es un ser totalmente depravado o corrupto; es incapaz de hacer nada para lograr su propia salvación. El punto de vista opuesto es que, ya que el hombre es responsable ante Dios de arrepentirse y creer el evangelio, debe, por consiguiente, ser capaz de hacerlo.

Elección Incondicional
Dios, desde la eternidad, escogió incondicionalmente para salvación a algunos de entre la masa de hombres pecadores. Hizo esto no porque previó que creerían al evangelio cuando les fuera ofrecido, sino por su propio amor y el propósito de glorificarse a sí mismo en la salvación de aquellos a quienes escogió libre e incondicionalmente.  El punto de vista opuesto es que la elección de Dios es condicional, que previó quiénes creerían el evangelio y que, basándose en esto, escogió a los mismos para ser herederos de la vida eterna.

Expiación Limitada
Cristo, al sacrificarse en la cruz, cargó con los pecados de aquellos a quienes Dios había escogido incondicionalmente para vida eterna y, de hecho, asegurando así la salvación de aquellos por quienes murió. Por lo tanto, su expiación se limita a ellos.  El otro punto de vista es que Cristo se sacrificó a sí mismo para hacer posible que cada ser humano sea salvo quitando todos los obstáculos que impiden que el hombre reciba la vida eterna si cree en Cristo.

Gracia Irresistible
La gracia de Dios es irresistible para los escogidos (aquellos por quienes murió Cristo), y el propósito de elección de Dios y los beneficios de la obra salvadora de Cristo les será aplicada eficazmente por el Espíritu Santo de modo que sean regenerados y crean el evangelio. El punto de vista opuesto es que la gracia de Dios puede ser resistida por todos y que recibirla se basa no sólo en la obra del Espíritu Santo sino también en la colaboración del hombre al recibir la gracia de Dios con fe.

Perseverancia de los santos
Los que Dios ha escogido, por quienes murió Cristo, que han sido regenerados por el Espíritu Santo, serán preservados por el poder de Dios, perseverarán en la fe hasta el fin y serán salvos. 


Que Dios le bendiga

Por: Nelson Vergara