Toda la creación, para un instante


Mientras enseñaba a mis estudiantes en el aula de sistema como realizar integrales en Matlab (Programa que mediante código resuelve ejercicios matemáticos), vi que en el tiempo que les quedaba entre ejercicios lo ocupaban para jugar Slither, el cual es un juego online que está de moda hoy, donde puedes guiar a una serpiente hacia donde quieras, agrandando su tamaño con solo comer esferas brillantes que aparecen en el ciberespacio y que se destruye si permites que su cabeza golpee con el cuerpo de otra serpiente.  

Verlos en esto me hizo reflexionar sobre el tiempo que perdemos en cosas vanas durante nuestra vida, y lo peor de todo es que cada día encontramos más actividades atractivas y adictivas que nos someten a llevar una vida llena de entretenimiento y actividades que no nos conducen a nada. Aunque esta práctica de mis estudiantes no es nueva en los jóvenes, lo que sí es nuevo es el fácil acceso que ellos tienen a esto, al punto que pueden hacerlo en medio de la clase, y todo debido al Internet.

Los seres humanos fuimos hechos para movernos en el tiempo crono, donde cada segundo lo hemos convertido en vital para nuestras vidas, el tiempo corre y las cosas se nos agotan, se agota el tiempo de lograr objetivos, el tiempo de conocer más el mundo, el tiempo de poseer más conocimiento, el tiempo para estar con nuestra familia, el tiempo para conocer nuevas personas, el tiempo para conocer a Dios, el tiempo para siembra de nuevas iglesias y así un sinfín de actividades que debemos realizar y que muchas veces no realizamos pues la vida se acaba.

Para Dios es importante el tiempo y como lo usamos, Él enseño al hombre a que debía respetar un orden, por lo cual le estableció una unidad básica de tiempo con dos partes, la primera llamada día el cual inicia con la salida del sol y termina con su postura, y la segunda llamada noche que es lapso de tiempo entre la postura y la nueva salida del astro rey ( Génesis 1:16 ). A esta unidad básica el hombre debía fraccionarla para un mayor control, por eso el ser humano lo dividió en horas, minutos y segundos, lo cual fue un proceso que tuvo su evolución durante la historia.

Dios enseño al hombre con la creación la segunda unidad de tiempo, la cual conocemos como semana, por eso Dios se tomó el trabajo de realizar la creación en seis días y descansar en el séptimo ( Génesis 1:1-31 ), dándonos a entender que había días para laborar y uno para reposar. A esta unidad no debía el hombre fraccionarla sino multiplicarla, por eso el ser humano llego también durante los siglos a establecer que cuatro semanas aproximadamente conforman un mes y que doce meses conforman un año. Es claro que hay cultura que no se sujetan a esta medida, pero la gran mayoría de los gobiernos y de las etnias humanas creyentes o no creyentes ha seguido este legado que Dios estableció en su palabra.

Dios desea que nuestra vida no sea de ocio ( Proverbios 28: 19 ), sino que usemos bien el tiempo para edificarnos y poder prosperar en nuestros días. Pero existe un tiempo para Dios que talvez sea el más importante, por el cual escribo este artículo, y por el cual estoy seguro que Dios hizo toda la creación, y es el tiempo de estar nosotros en su presencia ( Mateo 6:6 ), pues es en ese tiempo donde el intimida con sus hijos, es el momento donde el siente que le adoramos y donde el experimenta ser el padre de una familia la cual llamamos iglesia.

Para terminar, puedo decir que el tiempo no está ahí por estar, no fue un invento de los chinos, egipcios o de los pitagóricos, el tiempo es la verdadera medida de vida que Dios nos ha dado, y que bien usado puede ser agradable, pero sobre todo el tiempo está con nosotros para que mediante nuestra comunión con Dios, Él experimente su amor .

Por: Nelson Vergara