Tenemos tantas perturbaciones en este mundo que pareciera muchas veces que estamos en guerra contra la vida. Lo cierto es que la vida de los seres humanos no es fácil, menos cuando se vive en países del tercer mundo o subdesarrollados donde la economía nos asedia día a día.
Pero en medio de tanta dificultad la solución sigue siendo la misma, Dios, es el Señor quien realmente nos hace descansar como reza Mateo 11:28 porque como también la Biblia nos informa el mundo nos traerá aflicción, pero solo en Cristo debemos confiar para tener paz y descanso (Juan 16:33).
Pero hay una bendición extraordinaria en la palabra para aquellos que agradan a Dios, y lo primero que deseo expresar es que Dios si se agrada de las personas, y ese agrado depende mucho del corazón del ser humano. La Biblia muestra en Proverbios 16:7 que “Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él.”
En la Biblia Dios Habla Hoy ese texto dice así: “Cuando al Señor le agrada la conducta de un hombre, hasta a sus enemigos los pone en paz con él.” Con esto quiero resaltar que, aunque la salvación no es por obras sino por la gracia de Dios, las obras de los hombres agradan a Dios.
En lo personal he experimentado que todo inicia cuando en oración tenemos comunión con Él, no es portarse bien con nuestro propio esfuerzo, más bien es ser coherente con lo que soy y lo que Él es. Que quiero decir con lo anterior, algo muy sencillo y es que cuando sabemos quién somos y nos humillamos ante Él toda nuestra vida cambia hasta nuestra conducta.
Lo que ocurre es que no es un proceso fácil, es de tiempo, es de oración, es de vivir experiencias muchas veces desagradables y dolosas, pero Dios es fiel y nos provee el consuelo, la fuerza y la motivación para que cambiemos y podamos vivir una vida íntima con Él.
Ahora quien son nuestros enemigos, bueno el primero es nuestro ego ósea nuestra carne o naturaleza, ella lucha para no rendirse ante Dios, deseamos ser reconocidos, deseamos tener tesoros de la tierra, pero Dios nos dice “Véndelo todo, dáselo a los pobres y sígueme” igual que al joven rico del pasaje de Mateo 19:16. El segundo es el mundo que nos ofrece todo lo pagano para olvidarnos de Dios y el tercero el diablo que nos engaña con filosofías huecas e inmoralidades y comportamientos torcidos de todo tipo.
Todos estos enemigos comienzan a bajar su ataques, que por cierto son fuertes, cuando comenzamos a agradar a Dios, cuando nos metemos en sus alas por medio de la oración de la lectura Bíblica, pero principalmente cuando reconocemos que no podemos con nuestras fuerzas sino con las de Él. Hoy te invito a que te rindas ante Dios y deje que Él pelee tu batalla, recuerda siempre lo que dice Romanos 12:19 “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”
Bendiciones
Nelson Vergara
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