Los cristianos y el aborto

Uno de los temas álgidos en nuestros tiempos para la cristiandad es el aborto. Sabemos que estamos en los postreros días, días en que el hombre natural intensifica su acción de llamar lo bueno malo y a lo malo bueno.

En Colombia en el 2006 bajo la sentencia C-355 la corte constitucional estableció tres causales de aborto, la primera “cuando peligre la salud o la vida de la madre” la segunda “Cuando se presente malformación del feto incompatible con la vida” y la tercera “Cuando el embarazo es producto de abuso, violación, incesto, transferencia de óvulo o inseminación no consentida.”

El año pasado (2022) más exactamente en septiembre 28 la corte emite la sentencia C-055 despenalizando el aborto antes de la semana 24 por cualquier motivo o capricho de la madre, y reafirmó las tres causales de la C-355 del 2006 para todo el tiempo de gestación.

Esto es lamentable debido a que existe hoy evidencia científica de que la vida humana empieza en el momento de la fecundación, con la aparición del cigoto. El cigoto contiene un ADN completo y una identidad genética propia, ya que en su código genético está contenida toda la información que necesita para que ese nuevo ser humano se desarrolle de forma completa, hasta que adquiere su condición de recién nacido y de ser adulto.

El aborto definitivamente es una acción pro-muerte que desconoce completamente los derechos de ese ser humano que es asesinado sin poder defenderse. El aborto rompe completamente la ley de Dios escrita en Éxodo 20:13 donde se nos dice “No mataras.” Por lo cual la cristiandad no podrá estar nunca de acuerdo con leyes macabras como esta, la cual se sustenta en la falsa premisa, que se está protegiendo los derechos de la mujer.

La Biblia enseña en 1 Corintios 10:23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.” Y es en este punto donde como cristianos no podemos flaquear. Aunque la ley acepte tal acción, nosotros no podemos acolitarla, estaríamos violando la ley de Dios y un principio fundamental bíblico como es la preservación de la vida.

Ahora, salir a luchar a las calles con protestas, gritos, alborotos, etc. Podría ser viable, pero tampoco creo que sea la solución, la verdadera solución es orar, orar y orar en silencio hasta que Cristo vuelva y sea Él quien ordene y ponga todo en su lugar. Recordemos y tengamos muy presente lo que dice Efesios 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

Que Dios les bendiga.

Nelson Vergara


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