Con lo anterior no quiero decir que Dios no bendice con cosas materiales, claro que lo hace, pero he comprendido en mas de veinte años que he caminado con el señor que las cosas materiales mas cuando son extravagantes hacen que el corazón del cristiano o de cualquier persona termine olvidando a Dios. Nuestra naturaleza tiende a que nos endiosemos, muchos dentro del ámbito empresarial cuando llegan a cierta posición están convencidos que son pequeños dioses que los demás deben adorar, lo cual es doloroso porque cuando la fantasía se les termina, la caída es estrepitosa.
Cuestionándome la vida, llego a una conclusión y es que, aunque logremos muchos objetivos en esta, el único que trasciende es la salvación del alma. El alma es la parte eterna del hombre, es aquella que cuando el cuerpo físico muere sale de este, y toma el rumbo que cada persona en vida eligió que tomara. Me explico, la palabra de Dios solo enseña dos lugares donde terminaremos al final de la vida terrena, uno el cielo y otro el infierno, no hay lugar intermedio, y el hombre debe elegir si cree en Cristo o no, si cree va al cielo sino pues al infierno. Aunque como calvinista que soy se que esto más que decisión humana es una decisión completamente de Dios, pero el hombre por su caída es responsable de ella.
Por lo anterior el paso por la vida tiene un solo propósito principal y es que el ser humano sea quien sea deberá tomar la decisión para que su alma viva o muera, entendiendo que la muerte del alma es estar completamente separado de Dios mientras la vida es estar en plenitud con el señor. En el pasaje de Mateo 16:24-28 Cristo invita a sus discípulos a dejar la manera de vida que traían, y les resuelve el problema diciéndoles que “Tomen su cruz y síganme.” Una de las pruebas contundente que soy un verdadero cristiano es que he puesto todos mis deseos por debajo de un deseo superior que es seguir a Jesús.
Pero en ese mismo pasaje de Mateo 16:24-28 hay una expresión del señor que me llama mucho la atención y es que Él dice: “¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” Y esto es terrible para mi, porque hoy veo que muchas personas por no decir todas corremos tras ganar el mundo y no lo hacemos de igual forma tras Cristo. No pretendo con lo anterior motivarlo a usted que se enclaustre en un monasterio y se flagele renunciando a todo cual monje anacoreta, NO, pero si que reflexionemos cual es nuestra prioridad ¿Cristo o el mundo?
Reflexiono y concluyo. Aquellos que vinimos al mundo, que duramos siglos y eternidades sin ser nada, y que vemos enfrente de nuestra vida una eternidad que nos abruma, ¿Qué otra opción tenemos? Sinceramente una sola opción “CRISTO.” Si Cristo no está en la ecuación de esta vida, la vida sería vana, pero hemos creído y eso es lo interesante, porque siendo seres que no sabemos de dónde vinimos, ni como o porque estamos en una gran pelota que flota en el universo en un tiempo que no escogimos, hoy tenemos la esperanza con Jesús que nuestra vida continúe por siempre con Él.
Para terminar, solo me queda preguntarte, ¿Ya te decidiste por el Señor? ¿Es tu vida Cristo-céntrica o no? Es bueno que reflexiones, creo que no en vano Dios te ha traído a leer este artículo, hoy puedes decidir por Él, solo debes pedirle que el venga a tu vida.
Que Dios te bendiga
Nelson Vergara
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