El pecado que el cristiano no puede cometer


Mientras caminaba en la tarde meditaba sobre la salvación del hombre. En esa meditación venía a mi mente nuestro estado actual el cual es pecaminoso pero también justificado por la sangre de Cristo. Si analizamos con detenimiento las ideas podemos encontrarnos en una encrucijada donde la gracia de Dios y la responsabilidad del hombre parecen chocar.

Lo cierto es que como seres humanos caídos seguiremos pecando hasta la muerte, pero hay un pecado del cual si debe haber un arrepentimiento absoluto, porque sino la realidad es que no podríamos llegar al cielo si fuéramos practicantes de el. Me refiero al pecado de “No creer,” en palabras mas teológicas “El no tener fe.” Que quiero decir con esto, algo muy sencillo, nosotros como seres caídos pecaremos de diversas formas, el pecado nos sorprenderá con sus diversas máscaras, pero en el que nunca podemos caer es en renegar que Cristo es nuestro Señor y Salvador.

El pecado imperdonable que se encuentra en el pasaje de Mateo 12:31 y Marcos 3:29 no es mas que la “Incredulidad Constante.” Aquí era donde quería llegar, los cristianos realmente no somos perfectos, pecamos, pero con la ayuda del Espíritu Santo de Dios tratamos de llevar una vida honorable, tratamos de hacer el bien, tratamos de guardar la moral, tratamos de cumplir con la iglesia, la familia y la sociedad, pero con todo eso indefectiblemente pecamos.

Ahora lo único visible o mas bien su marca de garantía es su “creer constante en la obra de Cristo,” en otras palabras “Creer que Cristo es Dios, es nuestro salvador y es nuestro Señor.” La práctica del pecado en nosotros se puede dar, pero lo que si nunca se puede dar es renegar o blasfemar contra Dios. Cuando entramos en los terrenos de negar a Cristo, o de negar a Dios padre o al Espíritu Santo, sencillamente estamos muerto espiritualmente. Para mi esto no ocurre en un verdadero cristiano que ha sido regenerado por la obra de Dios, es imposible que un hombre nacido de nuevo niegue a Jesús, sencillamente es inconcebible. 

En muchas ocasiones me he puesto un poco melancólico con Dios por cosas que me han sucedido en la vida, pero jamás he negado que el exista, que su hijo hizo lo que hizo, que su Espíritu nos guía. Esas son verdades que no podemos abortar si somos verdaderos cristianos, yo podría mentir, podría hasta golpear a alguien con rabia pero renegar de Cristo mi ser no lo puede hacer, sencillamente porque tengo la obra salvífica de Dios en mi que me lo impide.  Muchos han creído que la perseverancia de los santos tiene que ver solo con la conducta, pero no es así, tiene que ver realmente con ser un verdadero creyente y no negar a Cristo.

Tal vez usted se sonroje cuando lea este artículo, debido a que su tradición católica lo ha llevado a creer, no en la perseverancia de los santos sino en la perfección de ellos. Recordemos a Pedro por ejemplo, el negó al señor mintiendo, le cortó la oreja a Malco, judaizaba de vez de evangelizar, pero una cosa cierta fue que en su interior no negó realmente a Cristo, al punto que lloró amargamente por haber dicho que no era su discípulo.  

Para concluir lo que puedo decir es que, pecaremos y tal vez a diario, pero lo que si no se puede dar en nuestra vida cristiana es una negación de Cristo con nuestras entrañas. Por eso te motivos a que revises como está este tema en tu vida, ¿eres de Jesús o no? Solo puedo decirte que es tiempo de acercarte al maestro y arrepentirte, Él te acogerá en sus brazos y nunca te dejará. Recuerda la gran llave que abre o cierra el cielo es si niegas o no a Cristo. 

Que Dios te bendiga

Nelson Vergara 

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