La arrogancia

Una de las cosas que mas me llaman la atención de esta vida es la arrogancia y el orgullo de muchas personas, cuando hablamos de arrogancia podemos definirla como aquella actitud del individuo en la cual siente un orgullo excesivo sobre su persona y exige un reconocimiento desmedido, creyéndose con derecho a tener privilegios que, en realidad, no tiene ni le corresponden.

He conocido a muchos arrogantes, entre esos hombres y mujeres que tienen una medida personal que supera la realidad. Cuando joven tuve amigos arrogantes, personas que vi pelearse con las autoridades policivas donde estos les decían a los oficiales “Si sabían quién ellos eran.” He llegado a la conclusión que el hombre generalmente se vuelve arrogante y es una de las causas más fehacientes del ateísmo, por eso la incredulidad definitivamente se basa en la arrogancia.

No se si usted se ha percatado pero el arrogante generalmente tiene hábitos de vida que los presenta a medida que tratamos con ellos, uno de los mas comunes es que le sacan el cuerpo a la comunicación con personas que ellos consideran están por debajo de su estatus. En cierta ocasión una amiga me invito al cumpleaños de su hijo, en ese lugar pude ver a un gran empresario que conocía de cara, la realidad no era amigo de él solo conocido, al momento de saludarlo sentí claramente que me despreció pues seguramente lo hizo porque no era de su círculo social y mi medida para él no lo llenaba.

En Filipenses 2:3 la palabra enseña “No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.” Dios desea que seamos humildes y la clave la da este texto, para Dios el ser humilde es considerar a los demás como superiores, lamentablemente lo que hemos hablado en este artículo las personas tiende a desmeritar a los demás mas cuando estos no le sirven en nada.

Pero lo peor de todos es que la arrogancia penetra también en las iglesias y hace a mas de uno un inquisidor de la fe. Desde que he visto el falso movimiento apostólico y profético he notado que los que lo practican padecen de una gran dosis de arrogancia, en cierta ocasión hubo una reunión de líderes cristianos en mi ciudad Cartagena de Indias, y presencié de primera mano cuando un líder corrigió a alguien diciéndole que el no era pastor sino apóstol. Me llamó la atención aquella actitud arrogante del hombre, se le notó que para el ser apóstol era algo muy superior a ser pastor, lamentablemente el no discernir la biblia lleva a muchos a este error.

Si los seres humanos tuvieran una buena percepción de vida se acogerían a la palabra de Dios, los principios bíblicos nos ayudan en gran manera a combatir la arrogancia, y tenemos que estar claro que solo seremos exaltados por Dios cuando seamos humildes (Santiago 4:10). Para concluir te pregunto ¿Has analizado tu vida acerca de la arrogancia? ¿has pedido a Dios que te ayude?

Que Dios te bendiga

Nelson Vergara

Comentarios