Es claro para todo buen teólogo evangélico que una persona
no puede experimentar la salvación sino ha sido regenerada por el Espíritu
Santo de Dios, por lo cual podemos afirmar que un ser humano no llegará a los
pies de Cristo por una decisión de su libre albedrio sino sencillamente porque
Dios en su infinita gracia y bajo sus designios escogió a esta persona desde
antes de la fundación del mundo para ser su hijo.
Basado en lo anterior una persona puede tener la información
correcta, puede creer que esa es la información real, pero si no es regenerada
o escogida nunca podrá decir que esa información le da confianza (Efesios 1:4). Lo crítico del asunto de la salvación es la
confianza en Jesus y en lo que él representa para nuestras almas. La práctica del
cristianismo hoy en día es una práctica más comulgada con el fanatismo
religioso que con otra cosa.
Muchos pastores aun predican el evangelio de las obras, el
conductivismo, el pórtate bien y haz
buenas obras como un pilar del evangelio, pero erran debido
a que un cristiano sin la fe salvífica realmente no es un cristiano, más bien
es una persona que asiste puntualmente a la iglesia, que tiene buen
comportamiento y que conoce perfectamente la palabra de Dios, pero, aquí viene
el pero del peligro, muchas veces ocurre que personas así no creerán jamás que
Cristo es su salvador y andarán por el mundo buscando quien las libre de la
muerte.
Me pregunto ¿Acaso el verdadero cristiano no debe aborrecer
al mundo? Claro que sí, Pablo dijo que si lo que vemos es la esperanza que
tenemos entonces que esperamos (Romanos 8:24). Con esto no quiero decir que los
cristianos verdaderos debemos amar más la muerte que la vida, más bien el
verdadero cristiano debe saber que esta de paso por este mundo, que este mundo
no es su fin, que la gloria venidera es su esperanza y que en esta tierra no se
debe esperar mucho.
La pregunta que nos debemos hacer todas las personas que
practicamos el cristianismo es si realmente creemos profundamente en Cristo al
punto de negar nuestras vidas. El
evangelio que se predica en muchas iglesias hoy es un evangelio amañado, es el
pare de sufrir, es el no tener enfermedades, es el ser rico económicamente, en
pocas palabras es disfruta del mundo del cual no eres ciudadano, más bien
enemigo, pero disfrútalo a tus anchas panchas.
Para concluir este artículo puedo decir que la fe salvífica
no es hacer una oración para recibir a Cristo y luego ser miembro de una
iglesia, JAMÁS, es un proceso dinámico generado por Dios desde antes de la
creación del mundo para que por la muerte de Cristo y la operación de su
Espíritu Santo una persona en su vida terrena pueda sentir una pasión tan
fuerte en su interior, la cual la lleva a confesar a Cristo no solo de palabra
sino de obra y que su libre decisión no tiene nada que ver en este proceso y
cuyo fin es la gloria venidera con Cristo y no el mundo perdido que conocemos y
sus deleites.
Que Dios les bendiga.
Nelson Vergara
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