Como saber que el decreto de Dios está a mi favor


Leyendo un corto texto que escribió un hermano cristiano donde él espera que la salvación de Dios este sobre un familiar que acaba de fallecer, el usaba unas palabras que me han quedado resonado en mi corazón y fueron: “Esperamos que el decreto de Dios este a favor de esta persona.”  Al decreto que este hermano se refiere es aquel en el cual Dios decretó desde antes de la creación del mundo la salvación de un grupo de personas según Efesios 1:4 y Romanos 8:30.

El gran problema para el hombre es si esta o no en ese grupo del cual Dios decreto ir al cielo. La doctrina del universalismo tan proclamada por la iglesia católica y por muchas iglesias evangélicas hoy donde la persona puede decidir por Cristo y mantener una conducta tal que las lleve al cielo, es una doctrina bastante distante de lo que enseña la palabra de Dios, podríamos decir sin equivocarnos que es una doctrina completamente falsa o anatema.

Nadie puede decidir por su salvación, pero tampoco nadie puede juzgar a otro si es salvo o no, no hay forma de saber si otra persona es de Cristo o no, todo lo que vemos lo vemos a media y podríamos equivocarnos en nuestros juicios que son turbios y amañados muchas veces, por eso el único que puede saber quién son, es el mismo Señor quien los escogió y creo.  Pero pienso que uno mismo si puede tener un destello de saber si el decreto de Dios esta a mi favor o no.

Existe algo que puede indicarnos el ser o no ser de Dios, y es la “Pasión que sentimos por su obra.” Cuando en nuestro interior se gesta un amor por ser un actor de la obra de Dios en la tierra puede ser un buen indicador que somos de Él. Es cierto que el corazón nos engaña, pero tal vez es el único indicador que tenemos y que nos puede acercar al conocimiento de si soy o no de Dios. La pasión por la obra del Señor es también una operación del mismo Dios en nosotros, por eso llevarla acabo por nuestro propio esfuerzo es imposible, hoy vemos como muchos llegan a las iglesias como nubes pasajeras que en poco tiempo desaparecen de nuestros ojos, hoy se habla de la gran deserción eclesiástica, pero no es mas que la consecuencia de personas que no hacen parte del redil de Dios.

La pasión por la obra de Dios se puede traducir en nosotros como hábitos de vida cristiana, estos podrían ser muchos, pero los más usuales son la oración, el estudio de su palabra, la congregación (Asistir a las actividades como iglesia), las buenas obras y el diezmo. Si usted nota estos cinco hábitos que he descrito aquí necesitan un esfuerzo sobre natural para llevarlos a cabo, principalmente el diezmo. El hombre en su naturaleza caída es bastante egoísta y dar algo para la obra de Dios le es muy difícil de hacer, mas cuando lo debe hacer durante toda su vida.

Para los hábitos cristianos la naturaleza caída tiene las excusas más formidables, por ejemplo, para congregarse el domingo podemos decir que no lo hacemos porque es muy temprano, o es muy lejos, o alguien que va a esa iglesia no me cae bien, son hipócritas, etc. Para la oración y la lectura de la palabra, podemos proclamar que no tenemos tiempo o cuando lo vamos a hacer nos quedamos dormidos. Y que decir del diezmo, es el rey de las excusas, por ejemplo podemos decir que: “se lo roba el pastor”o “eso era del antiguo testamento”o “eso es para las iglesias de la falsa doctrina de la prosperidad” y así miles fabulosas excusas que anestesian nuestro ser.

Hoy veo a muchos que ni les interesa revisarse si son o no de Dios, pero llegará el día que nadie quiere, y es el día de nuestra muerte, donde daremos cuentas antes Dios de nuestra fe. La gran pregunta que nos debería asaltar hoy es ¿Si Dios habrá decretado salvación para nosotros? Bueno eso se lo tiene que responder usted mismo y así en su entierro digamos que usted fue una buena persona o pidamos a Dios que lo lleve al cielo ya la suerte estaba echada, y echada desde antes de nacer. Por eso hoy si eres de Cristo lo único que te puedo sugerir es que corras a Él urgentemente.

Que Dios le bendiga.

Nelson Vergara

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