Durante mis años de cristianismo en los cuales cambie el rezo tradicional católico por la oración cristiana, he visto que ha sido un proceso donde he crecido en varios aspectos. Hoy existen diez mil manuales y libros que tratan de enseñarnos sobre como orar y algunos muy osados tienden a ser medio místicos para así, según ellos, lograr la respuesta deseada de parte de Dios. Pero la realidad es que orar es un hábito del cristiano donde su contestación se sujeta completamente a la voluntad de Dios y no a la nuestra.
Muchos seguramente por desconocimiento han creído que Dios
es el genio de la lampara de Aladino, y que solo basta frotar la lampará para
que salga y lo que se le pida el hará.
Lo que ocurre con Dios es que Él es soberano y tiene todo el derecho de
responder como el quiere y cuando el guste. En mi experiencia he evidenciado
que las respuestas de Dios son extrañas, generalmente son diferente a como
pensamos que van a ser, pero siempre dan en el punto cuando el desea complacernos.
Por otra parte, es raro ver una respuesta de Dios inmediata, y creo que ese es
el hecho por el cual muchos se desmotivan en seguir insistiéndole al Señor y
toman por sus propias manos la solución dando al traste y muchas veces
agravando más la situación.
Aunque este articulo no tiene el
objetivo de presentar la fórmula mágica con la cual si oramos Dios responderá,
sencillamente porque esa formula no existe y creo que ningún ser humano la
tenga, lo que si deseo compartirle son tres aspectos para tener en cuenta cuando nos presentemos ante Dios y lograr una petición agradable al señor.
Lo primero es “saber quien somos y quien es Dios.” Usted ha
vistos personas que dicen “reclama las promesas a Dios que te corresponden.” Muchos
creen que hay promesas que ya tenemos ganadas, pero si eso fuera así la
cristiandad no tuviera problema de ningún tipo. Dios ha prometido muchas cosas
para su pueblo, pero eso lo ha hecho no porque lo merecemos sino por su
misericordia. Entonces si no lo merecemos como podemos exigirlo, realmente no
se puede, por eso cuando nos acercamos a Dios debemos hacerlo con un corazón contrito
y humillado como lo dice Salmos 51:17.
Ante Dios somos criaturas caídas, redimidas por el sacrificio
de Cristo y aceptadas por Dios por su pura gracia y misericordia, ¿como entonces
podemos llegar a exigirle algo a ese ser perfecto? Ante Dios somos gusanos y
nuestras obras son inmundicia para Él (Isaías 64:6). Por eso es bueno saber que
cada vez que nos acerquemos a Dios digamos algo como “Señor no soy digno de ti,
ante ti soy un desvalido, no poseo nada sino lo que tu en tu misericordia me
has dado y eso es completamente tuyo, Señor ten misericordia de mi que soy
defectuoso, caído y sin ti estaría muerto por la eternidad.” Bueno, tal vez
estas palabras sea pocas para lo que usted tiene que decirle a Él, tal vez más
o tal vez menos, usted sabrá.
Lo segundo es “Orar con fundamento solido de la palabra.” Muchos
han creído que el estudio de la biblia solo es para los que van a predicar o a
investigar sobre esta, pero cuando una persona conoce las escrituras y se
identifica con una doctrina para su interpretación sabrá muy bien que su oración
tiene fundamento ante Dios (Juan 5:39). Toda la revelación del plan salvador de
Dios a través de Jesucristo esta contemplado en su palabra, pero el
escudriñarla y conocerla a fondo le da a la oración un fuerte estimulo de saber que estamos hablando con el ser mas poderoso del universo, quien ha diseñado un
plan de salvación para su pueblo y que tiene promesas que las puede activar para beneficiarnos si así su voluntad lo determina.
Viendo la serie “The Crown” donde
se muestra la vida de la reina Isabel II de Inglaterra, me llama la atención que
en capítulo 7 de la primera temporada a la reina le consiguen un tutor debido a
que ella no tiene una formación escolar. Ella le dice al tutor que necesita que
la prepare para hablar con hombres de gran importancia, en especial con el
presidente de estados unidos que es Dwight D. Eisenhower. Esto es interesante,
la reina sabía que no podía llegar donde personajes de esa magnitud desconociendo
la vida, obra y gustos de estos, de igual forma el cristiano no debe llegar
ante un ser superior con cualquier desfachatez, no es sencillo tomar un texto
de la biblia y traerlo a colación cuando se ora en la presencia de Dios sino no
se conoce como esta porción se contextualiza con toda la escritura y con el plan
de Dios escrito en esta.
Imagínese usted un cristiano orándole
a Dios que su salvación no se pierda, seria terrible, primero porque no es una
doctrina bíblica la perdida de la salvación, segundo porque es imposible que un
escogido de Dios la pierda y tercero es bastante grosero decirle a Dios en su presencia, que la obra de su hijo necesita ayuda de los seres
humanos. Que bueno es cuando se ora con fundamento, por ejemplo, decirle al
señor “Padre, aunque soy una escoria ante ti, tu misericordia y gracia es tan
grande que no siendo digno de tu gloria, hoy por lo que Cristo hizo en la cruz
soy salvo para siempre, por ende, veré a tu hijo y viviré eternamente en su
reino.” Que precioso es eso.
El tercer aspecto es “tener una confianza total que Dios va
a dar una respuesta a la oración.” No quiere decir que va a responder lo que le
solicitamos, sino que tenemos la confianza que va a responder sea concediéndonoslo,
negándonoslo o dándonos otra opción. En el corazón del cristiano debe haber
seguridad de que Dios responderá y si la respuesta es contraria a lo pedido
debemos estar tranquilos porque el Señor sabe que es lo que mejor nos conviene.
En Mateo 21:22 se nos dice que todo lo que pidáis creyendo se nos concederá. El
problema es que cuando pedimos realmente no creemos, y quiero aclarar esto. Los
cristianos creen que el creer es solo estar convencido de que Dios dará lo que
ellos piden, pero el creer verdadero es estar convencido que Dios dará lo que
pedimos si eso se ajusta a su voluntad y obra. En Santiago 4:3 se explica esto
con detalle. En la versión NTV el texto reza así: “Y cuando piden, lo hacen
mal, porque lo único que quieren es satisfacer sus malos deseos.”
Para concluir solo me queda motivarte a que revises como
esta tu oración o vida con respecto a estos tres aspectos, ten la seguridad que
son de mucha utilidad y satisfacción si corriges y los usas de manera correcta.
Que Dios te bendiga.
Mg. Nelson Vergara
Dejo video del Dr. Charles Stanley sobre la oración.
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