En la cristiandad actual aun
encontramos personas que creen obedecer la ley de Dios perfectamente. Recuerdo
que visitaba a una iglesia donde el predicador pregunto si alguien ya no mentía,
de inmediato dos mujeres levantaron la mano, todos nos las quedamos mirando y
al instante supimos que ellas eran más mentirosas que nosotros.
El cristiano debe entender que
nunca cumpliremos con la ley de Dios perfectamente, intentamos no fallar, nos
postramos ante el Dios verdadero para que su espíritu nos aliente a no hacerlo,
pero indefectiblemente fallaremos. La biblia enseña en 2 Corintios 5:21 que Jesús
no conoció pecado, dando a entender que Cristo no peco durante su vida
terrenal, ha sido el único ser humano que por su condición de Dios no
experimento pecar, pero debemos estar claro que todos los cristianos y todos
los seres humanos pecaremos hasta el día de nuestra muerte.
“He descubierto el siguiente
principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar
hacer lo que está mal. Amo la ley de Dios con todo mi corazón, pero hay otro
poder dentro de mí que está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al
pecado que todavía está dentro de mí.”
Los líderes de iglesias han
querido ser los prefectos en disciplina, pero el gran problema que tienen es
que son tan pecadores como a los que juzgan. No hay cristiano que este
habilitado por Dios para juzgar el pecado de otro, todo lo contrario, estamos
habilitados es para restaurarle con mansedumbre (Gálatas 6:1) lo cual
ciertamente no nos quita como líderes que en ciertas circunstancias podamos usar
la autoridad conferida para amonestar a algún hermano, más cuando su mal
comportamiento comprometa la buena convivencia o el buen prestigio de la
iglesia.
Repito, es un bueno tener claro
que pecaremos siempre, aunque seamos cristianos, de allí que la verdadera doctrina
de la salvación no parte del hecho de nuestro comportamiento sino de lo que
Cristo hizo en la cruz. La biblia en 1 Pedro 3:18 enseña que el justo (Jesucristo)
se entregó por los injustos(Nosotros) y en 2 Corintios 5:21 concluye que esa
entrega que hizo Cristo fue para hacernos justos ante Dios padre, en palabras más
sencillas gano el cielo para nosotros.
Ten presente siempre que a Dios
no le interesa tus obras para que ingreses al cielo, al Él le basta solo las de
su hijo Jesucristo, pero también debes tener cuidado de guardar durante tu vida
terrena la fe como es debido, y eso implica dar frutos. El fruto de Dios se da en el cristiano, es mas
Dios es quien hace que se dé y ese fruto está escrito en Gálatas 5:22-23. Por
eso estoy claro que un cristiano sin una vida decorosa (Vida que sigue las
normas morales socialmente establecidas y las buenas costumbres, en especial en
el aspecto sexual) es raro encontrar, lo que si se encuentra son personas que
asisten a iglesias cristianas, que se hacen llamar cristianos, pero posee un
mal comportamiento, a estas personas realmente no les ha resplandecido el sol
de justicia de Cristo.
Para concluir puedo decir con
certeza que entraremos al cielo por lo que Cristo hizo y solo por eso, porque nosotros no tenemos ningún mérito ante Dios padre ni siquiera por la mejor
obra que hayamos hecho en vida. En el mundo nos venden iconos de bondad por
ejemplo la madre Teresa de Calcuta, algunos papas, pero con todo lo bueno que
pudieron ser estas personas sino hubo una entrega real a Cristo su eternidad será
indefectiblemente en el fuego del infierno.
Que Dios le bendiga
Nelson Vergara
Comentarios
Publicar un comentario