La biblia nos enseña que “Cuando
los justos dominan, el pueblo se alegra; Mas cuando domina el impío, el pueblo
gime” ( Proverbios 29:2 ). Esta porción de la escritura trae a mi memoria la
realidad del pueblo latino americano, donde ningún país se salva de los malos
gobiernos llenos de corrupción, autocracia y muerte, que definitivamente lo que
han hecho es poner a sufrir a los pueblos.
Muchos tienden a culpabilizar a
los sistemas políticos como los causantes de las desgracias, un ejemplo clásico
es que al capitalismo lo han satanizado casi todas las personas que milita para los
partidos de la izquierda o socialistas, o en su defecto al socialismo lo han
menospreciado los que militan para la derecha y más los de la línea extrema.
Noto que los seres humanos que se
apegan a estos sistemas políticos están más esperanzados en ellos que en otra
cosa. En Colombia recientemente vivimos el referéndum por la paz, en el cual si
ganaba el “Si” se daba luz verde a los acuerdos del gobierno con las FARC
(Fuerza Armada Revolucionaria de Colombia) y si gana el “No” era signo que el
pueblo no acolitaba estos acuerdos. Pero
más que desear la paz por parte de los partidarios de “Si” lo que percibí fue
una apuesta de estos para que el gobierno pasara de la derecha a la izquierda por un nuevo conducto, sencillamente
porque ellos aun guardan la esperanza que Colombia será mejor bajo un esquema
socialista.
Lo cierto es que los gobiernos
socialistas o comunista de la región, lamentablemente no han sido el mejor
ejemplo a seguir, al punto que al compararlos con el capitalismo agresivo que
nos aqueja hoy no tienen ni el más mínimo atractivo para desearlos. Pienso
que el socialismo en sí mismo no es malo, pero como lo han manejado en Latinoamérica es mejor
seguir con el capitalismo demente así nos ahorque día a día.
La percepción que tenemos mucho
sobre el socialismo latino, es que es un sistema tirano donde sus líderes de
vez de ayudar al pueblo terminan siendo una elite que no sabe administrar las
naciones y extermina hasta con la sensación de libertad de las personas, que aunque es solo una sensación y no la libertad propiamente dicha, aun en el
capitalismo la percibimos y mantenemos.
Reflexionando sobre los
diferentes sistemas he llegado a la conclusión que el mal no se encuentra en ellos,
sino más bien en los corazones de los líderes que engañando al pueblo se han
hecho tiranos transformándose en magnates llenos de dinero y poder. Un Ejemplo clásico en el socialismo tenemos a
Fidel Castro, quien en el 2012 fue el séptimo mandatario más adinerado del
mundo, según lo reporto el 'ranking' realizado por la revista Forbes, que buscaba
destacar a los 10 gobernantes más ricos del planeta. Fidel poseía en el 2012
una fortuna evaluada en 900 millones de dólares, ubicándose por encima de las
Reinas, Isabel de Inglaterra y Beatriz de Holanda. Y qué decir de sus muertos, los cuales pasaron
de 8000 personas, haciéndolo más letal que cualquier asesino en serie de los Yanquis.
Aunque el gobierno revolucionario
cubano en cierta forma resalto la educación, la medicina y el deporte, solo
fueron paños de agua tibia de su descalabrada tiranía, debido a que teniendo
los mejores de cada una de estas disciplinas no podían extender alas hacia ningún
lado y terminaban como dijo una bloguera cubana o montándose en una balsa para
USA o simplemente siendo botones en los hoteles de la Habana para poder comer
la paupérrima ración de arroz y frijol que le corresponde a cada isleño.
En la parte del Capitalismo
extremo, tuvimos el ejemplo del anticomunista Rafael Leónidas Trujillo de Republica
Dominicana, quien según el profesor Juan Bosch en su libro “La fortuna de
Trujillo” publicado en el 1985, este poseía 148 millones de dólares en 1961 cuando
fue ejecutado. Trujillo se volvió el mayor terrateniente expropiando los
terrenos de sus compatriotas dominicanos mediante compras a precios de regalo y
si estos no deseaban negociar terminaban bajo las balas de sus sicarios.
Trujillo extermino a más 50000 personas en este juego de apropiación y poder, y
aunque genero las mejores vías, alcantarillado, acueducto y toda una
infraestructura urbana, solo pudieron salir de él mediante un magnicidio
planeado por la desesperanza de un grupo de valientes que hoy son reconocidos
como héroes de la nación.
Para concluir solo puedo aconsejarte
que no te apegues a los sistemas políticos del mundo, todos son usados por el
hombre para tomar control, y como dije anteriormente ellos en sí mismo no son
malos sino quienes los lideran. Hoy en
Colombia nos aproximamos a las elecciones del 2018 pero si esculcamos entre los
candidatos que están, no encontramos alguno que nos augure un nuevo amanecer
para nuestra nación, por eso sigo creyendo en la palabra de Dios quien promete
con la venida del Justo (Jesucristo) la única solución real para ver una nueva
tierra y un nuevo cielo, y como reza el “padre nuestro” oremos para que venga
pronto su reino ( Mateo 6:9-13 ).
Que Dios le bendiga
Por: Nelson Vergara