Orar de la anterior manera lo más seguro es que
Dios no responda, sencillamente porque está rompiéndose su mandamiento: No
codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su
siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo (
Éxodo 20:17), el codiciar es pecado para Dios, y terrible si en la oración lo ponemos en practica.
Un gerente que tuve en una de las empresas
productivas en las cual trabaje como ingeniero, en reunión nos dijo “Si me van
a pedir aumento salarial no me digan que les suba porque le aumente a
otros, si me dicen eso de seguro que no lo haré, más bien denme una
explicación personal, clara y concreta porque usted merecen un aumento”.
Creo que de igual forma como este gerente pensaba,
piensa Dios, si vamos a Él en oración debemos pedirle basado en nuestros deseos
y necesidades, y no basándonos en lo que le ha ocurrido a otros. Tenemos que
tener en cuenta que nuestras peticiones deben tener un propósito real y que
estén de acuerdo con su voluntad, a Dios no se le puede pedir algo por
capricho, sino porque hemos sopesado nuestra situación y hemos llegado a la
conclusión que es altamente necesario pedirlo.
Muchas de nuestras oraciones no son respondidas por
la razón Bíblica que reza Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para
gastar en vuestros deleites ( Santiago 4:3 ). El salmista nos dice: Quédate
quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que él actúe. No te
inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas
maquinaciones ( Salmos 37:7 ).
Recordemos que no todo lo que pedimos será
respondido, Dios también sabe decir NO, y Dios es soberano, no le rinde cuenta
a nadie por sus actos, menos por sus respuestas. Solo te recomiendo que esperes
en Dios, Él te responderá con un Sí o tal vez con un No o de pronto solo con un Espérate,
pero sea la respuesta que sea, será la mejor respuesta del universo para lo que
solicitaste, ten paciencía.