El Socialismo Cristiano posee como fundamento el acogimiento de los principios del socialismo y del cristianismo. El Socialismo Cristiano cree que el capitalismo es idólatra y tiene sus raíces en el pecado de la avaricia, lo cual puede ser cierto porque este pecado lo condena la Biblia. Los socialistas cristianos identifican la causa de la desigualdad como la codicia que asocian con el capitalismo, respaldando la economía de izquierda sobre la base de la Santa Biblia. Una de las marcas que debe tener un verdadero socialista cristiano es una vida de oración, austera y libre de excesos.
El Socialismo Cristiano dista del pensamiento “Demócrata cristiano” el cual es una rama del conservadurismo (Conjunto de doctrinas y movimientos políticos que favorecen el uso del poder político o la fuerza del Estado para conservar o restaurar tradiciones) que tiene sus orígenes en el pensamiento de figuras tales como Jacques Maritain, Emmanuel Mounier o Luigi Sturzo, y en la doctrina social de la Iglesia católica, y en la ética social protestante.
Entendiendo como ética social protestante el movimiento político religioso que propone a las personas dedicarse al trabajo en el mundo secular, desarrollando empresas y participando en el comercio y la acumulación de riqueza para la inversión.
Uno de los mayores exponentes de la ética social protestante fue Max Weber, un sociólogo, economista y político alemán, quien en su obra “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” dejó claro que el capitalismo en Europa del Norte evolucionó cuando la ética protestante (particularmente calvinista) influyó en un gran número de personas. Para Weber el cristianismo fue uno de los aspectos más importantes que influyeron en el desarrollo de las culturas occidental y oriental.
Como cristiano reformado y calvinista que soy me considero un demócrata cristiano, por lo cual mi tendencia política se inclina hacia los movimientos de derecha no extrema. Ahora, el problema de la izquierda actual o el socialismo del siglo XXI es que esta super divorciado del socialismo cristiano, por la sencilla razón que su líderes y muchos de sus adeptos siguen filosofías huecas (Colosenses 2:8) como el animalismo, el progresismo, el homosexualismo, el feminismo, etc. Y no viven una vida austera y piadosa como esta corriente exige.
Hoy vemos que el resultado de esta nuevo socialismo del siglo XXI es una destrucción de las naciones donde este se anida, un ejemplo claro y palpable es Cuba y Venezuela, países con muchas riquezas culturales y naturales, pero completamente destrozados por sus administradores que se inventaron revoluciones donde satanizan a otros o culpan a otros para ellos lavarse su conciencia, mientras sus bolsillos se llenan de dinero y el pueblo se muere de hambre.
En Cuba, por ejemplo, se tiene el imaginario de un bloqueo por partes de los Estados Unidos de América, pero la figura sancionatoria que le puso USA a Cuba no fue un bloqueo sino un embargo, pero como el fin es crear adeptos indignados, muchos se creen el cuento del bloqueo sin averiguar. Hoy en Cuba no se produce casi nada, las empresas no funcionan y la economía vive de la remesa que envía los cubanos desde el extranjero a sus familias.
A gobiernos nefastos como este, le es más fácil seguir oprimiendo al pueblo, con el fin que salgan y envíen remesas, que desarrollar empresas para levantar su economía. Si el gobierno cubano fuera bondadoso solo un poco, podría ser algo así como Aruba, pues nadie la tiene bloqueada por ninguna parte, al punto que barcos rusos y de muchas otras naciones ingresan y salen de la isla sin problemas, igualmente las líneas aéreas.
En nuestro país Colombia después de la marcha del domingo 21 de abril 2024 quedó completamente demostrado que no somos un país que deseamos el socialismo del siglo XXI y menos ser gobernado por miembros de la extrema izquierda. La gran mayoría de colombianos deseamos el desarrollo de nuestra nación, y con solo ver el panorama externo como China, USA, Corea, Japón, Alemania, etc. Hemos entendido que una nación se desarrolla cuando su empresa privada crece, y cuando la estatización de la economía es mínima.
Los cristianos de hoy debemos orar a Dios y clamar a Él porque nuestras naciones sean realmente países demócratas cristianos, donde el desarrollo sea constante, donde podamos competir en el mercado global como hoy se requiere, donde la educación y el trabajo duro de las personas sea nuestra filosofía de desarrollo. Creer y compartir que el socialismo del siglo XXI que es lo mismo que la izquierda extrema, sea la solución de una nación, es creer que un tiburón podría vivir en el planeta martes sin problema.
Que Dios les bendiga.
Nelson Vergara
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