La amistad puede ser complicada. Es importante recordar nuestro llamado en Cristo y estas cuatro verdades cuando sentimos que nuestros amigos nos han decepcionado:
1. Dar gracia irrazonable a todos. No es patético ser amable. Seamos amigos dispuestos a celebrar y amar a los demás sin calcular lo que nos deben a cambio, porque así es como Cristo nos ama (1 Juan 4:10-11). No te sientas patético por preocuparte; en cambio, celebra el amor de Cristo en ti.
2. Las amistades sanas se basan en el amor, no en un marcador. Las Escrituras dicen que el amor “no guarda rencor” (1 Corintios 13:5, NVI). Si Cristo ha hecho borrón y cuenta nueva, ¿cómo podemos actuar de manera diferente con nuestros amigos? La falta de perdón no solo destruye las amistades, sino que también destruye nuestros corazones.
3. La confianza proviene de la sabiduría y el discernimiento. Si oras diariamente por tus amistades, Dios te revelará en quién puedes confiar (Santiago 1:5). Sí, sé compasivo con todos a causa de la cruz, pero confía solo en aquellos que el Espíritu Santo te confirma en que puedes confiar. No eres malo por poner límites o alejarte de personas que consideras que no son buenas para ti.
4. Deja que tu luz brille. Tus buenas obras y tu bondad muestran la luz de Dios. Cuando tus amigos vean esto, experimentarán el amor de Dios y lo alabarán. “Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a su Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16).
Bendiciones
Nelson Vergara
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