La oración del cristiano


Muchas personas se desaniman con la oración, a veces nos parece una carga pesada y se nos olvida hacerla. Reflexionando en mi vida encuentro muchos días en que he salido y como si tuviera el piloto automático se me pasa el orar a Dios. 

Pero el gran problema de no tener a Dios como la primera cosa del día a través de la oración y el estudio devocional de su palabra, puede ser el hecho de que tengamos una vida vacía y seca espiritualmente.

Pero cuando leemos la palabra de Dios encontramos varios pasajes que nos hablan de la oración, el primero que tocaremos esta en Lucas 11:2 donde el señor Jesucristo nos enseña orar el padre nuestro. En esta guía de oración que no es un rezo, se exponen varias partes la primera es exaltar a Dios como padre de los creyentes, declarar su posición actual que es el cielo y exaltar su nombre.

Luego se le pide que su reino sea real en nuestras vidas, lo cual indica que seamos gobernados por su Santo Espíritu y también que reine Cristo ahora y que su aparición en la tierra sea pronta.  Luego se le pide que su voluntad se cumpla en todas las dimensiones, sea en cielo como en la tierra, sencillamente porque lo mejor que nos puede pasar es que su voluntad sea real en nuestras vidas y sociedades.

Seguidamente se le pide la provisión diaria que nos sostiene, esto se puede entender como el trabajo para poder proveer a nuestras familias, ya sea en nuestra propia empresa, negocio o emprendimiento, o en las compañías que laboramos. El padre nuestro sigue clamando porque se nos perdonen nuestras ofensas y esto es ser consecuente con lo que Cristo hizo en el calvario, él perdono nuestros pecados con su muerte en la cruz.

Por ultimo se pide que nos aparte del pecado, ósea de las tentaciones que nos llevan a este y en especial “Del Mal” que no es otra persona que satanás quien nos engaña con sus artimañas para que pequemos y caigamos. Debemos saber que el único que nos puede apartar del diablo es Dios mismo, muchos hoy lo reprenden, pero eso de nada sirve porque satanás se burla de las palabras humanas.

El padre nuestro lamentablemente se volvió un rezo al punto que la iglesia de Roma lo enseña de esa manera, el problema está en que, la repetidera de las mismas palabras también molestan a Dios, adicionalmente hay una parte que casi no la oramos y es la que aparece en Mateo 6:9-13 donde Cristo termina el padre nuestro diciendo: “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amen”

En el libro de Efesios 6:18 se nos dice que oremos en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu. Esta porción bíblica ha sido mal interpretada, algunos creen que debe ser oraciones en lenguas espirituales o acompañada por una acción sobre natural de Dios. Pero la realidad es que esto lo único que indica es que debemos orar de acuerdo con la voluntad del Señor guiados por su Espíritu Santo.

Entonces ¿Cómo hace el Espíritu Santo para guiarnos en oración? Dios es sobre natural y por eso Él pone situaciones en la vida para orar, por ejemplo cuando alguien nos avisa de un enfermo y nos pide que oremos por esa persona, estemos seguro que es Dios pidiendo que oremos por eso, de igual forma todas las situaciones, calamidades y desastre que se viven en el mundo actual son grandes causa para que nuestra oración este basada en la voluntad de Dios, quien desea que el mundo se convierta a Él, arrepintiéndose de sus pecados y así  experimenten un refrigerio en sus días.

Otra oración que esta muy acorde a la voluntad del Señor es orar por la propagación del evangelio de Cristo en las naciones. Dios desea que todos procedamos al arrepentimiento (2 Pedro 3:9) y que su mensaje de salvación llegue a muchas personas sin importar raza, nación o lengua (Mateo 28:19). Dios desea que oremos para que experimentemos su poder, su amor y todas las bendiciones que Él ha guardado para nosotros tanto en esta tierra como en el cielo.

En el vídeo de Recristiana Hoy dejo plasmada algunos vídeos donde se nos motiva a orar y como debe ser esa oración. Espero te edifiques con este el cual realizo cada semana para proclamar las buenas nuevas de salvación de nuestro Señor Jesucristo.

Por: Nelson Vergara



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