La pandemia, un tiempo para crecer en la fe


Desde marzo estamos internados en nuestras vivienda y las salidas que hacemos son pocas y necesarias. Reflexionando que para los que amamos a Dios todo lo que llega a nuestras vida nos ayuda para bien (Romanos 8:28), podemos entonces decir que la pandemia también nos ayuda para bien. creamos o no Dios esta sobre el control de todas las cosas, lo que ocurre es que estamos en un mundo caído, no por causa de Él sino de la desobediencia del hombre y lamentablemente es un mundo imperfecto donde una pandemia no es mas que la consecuencia de nuestras malas decisiones delante del Dios todo poderoso.



Por lo anterior el objetivo es ver que cosas buenas nos trae la pandemia, tal vez algunos les ha traído mejora en sus negocios, conozco una tienda de alimentos cerca donde vivo a los cuales durante este tiempo se le ha triplicado su venta, por otro lado, sabemos que a muchos otros negocios su venta ha sido casi nula y les ha tocado reinventarse de tal forma que vislumbran una mejora para cuando este flagelo termine.

Pero a los que tenemos fe en Cristo, llámese evangelio o católico debemos ver este tiempo como una oportunidad para renovar nuestra fe. ¿Qué eso y como se come? Preguntarían en mi tierra Colombia, bueno renovar nuestra fe no es mas que buscar un poco mas seguido la presencia de Dios y se come con actividades o hábitos como la oración, lectura de la biblia, ayuda a los demás y predicación de las buenas nuevas de salvación de nuestro Señor Jesucristo.

Quiero en este articulo visualizar cómo lo hago para que usted tenga una idea de como puede mejorar en gran manera la comunión con Dios. Hablemos primeramente de la lectura bíblica. La biblia no es un libro cruel o difícil de leer como muchos han querido opinar, tampoco se contradice, son puras falsedades que se inventan para desacreditar al libro más fascinante que hay sobre la tierra. Leerlo es sencillo hoy tenemos versiones de lenguaje popular los cuales son muy amigables, cuando digo esto es porque se pueden leer y entender con facilidad. Una de las versiones que me gusta es “Dios habla hoy (DHH)” otra “Traducción del lenguaje actual (TLA)” “La palabra de Dios para todos (PDT)” y “Nueva traducción viviente (NTV)”, claro esta Reina Valera 1960 (RV60) aunque posee un lenguaje menos popular o mas españolizado es un deleite leerla.

Lo segundo es la oración. En esta parte puedo afirmar que es una de las experiencia más fascinante que practico a diario. ¿Cómo lo hago? Bueno es muy sencillo, primero leo la biblia y luego me arrodillo en mi cama con mi habitación cerrada y comienzo hablarle a Dios como si fuera un amigo que estuviera físicamente a mi lado. Él no está físicamente, pero si esta y esta en forma espiritual. Él escucha todo lo que decimos y lo que no también porque su espíritu nos escudriña nuestros corazones (Jeremías 17:10). Pero la oración no necesita un protocolo especial solo es hablarle al Señor y el escuchara. El estar de pie, rodillas, acostado o sentado no es lo importante, lo que ocurre es que hay posiciones que nos pueden distraer, cansar y hasta hacer dormir, entonces cada persona determinará cual es la mejor para hablar con Dios. El esta de rodillas puede ser más reverenciador, pero para algunos no es lo apropiado y Dios respeta eso. Para terminar lo de la oración hay una clave interesante que la dio nuestro Señor Jesucristo y es que todo lo que pidamos lo pidamos a Dios padre en su nombre (Juan 14:13) y el apóstol Pablo nos dice:

“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentará la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7) (NTV).

Por ultimo el compartir el evangelio de Cristo y ayudar a los demás son acciones propias de aquellos que tenemos fe, lamentablemente se nos pasan o se nos olvidan, o sencillamente creemos por alguna razón no poder hacer. Durante una reunión de caballero de una iglesia donde asistí durante un tiempo un hombre dijo que el no servía para decir a los demás que Cristo era el salvador y que ellos se podían acoger a su amor, la realidad es que exponer el mensaje de Cristo es vender un intangible y muchas personas no les agrada por esto, pero recordemos que la obra es de Dios y Él hará que la persona que el escoja reciba con agrado el mensaje y crezca en la fe.

Hoy tenemos muchos medios para exponer el mensaje de Dios, un blog, un email, un texto en WhatsApp, un comentario en Facebook, regalar un libro que compremos online y se lo enviemos a las personas, etc. Etc. Ya no hay excusa para decir “no puedo” porque las nuevas tecnologías nos han facilitado la vida, más en el sentido de comunicación. Por otra parte, el hacer buenas obras como dar pan al hambriento, ayudar al pobre, orar por en enfermos, se puede lograr en la medida que Dios disponga. Somos egoísta y nos escudamos en nuestro egoísmo para no dar, y creo que siempre podemos dar así sea poco. Es bueno ayudar primeramente a sus familias y la iglesia donde asistimos, no podemos dejarnos engañar por nuestro propio corazón que es un yoyo, ósea solo yo solo yo y nadie mas que yo. Así que si estamos habilitados para dar y Dios nos bendecirá, Dios en su palabra dice:  Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría» (2 Corintios 9:7)(NTV).

Que Dios les bendiga.

Nelson Vergara

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