Alguna vez en una reunión de pastores
de todas las iglesias de mi ciudad Cartagena a la cual pude asistir, se pidió una
colaboración para ayudar a sacar del puerto de la ciudad un contenedor que traía
regalos de navidad para los niños mas necesitados de un barrio pobre.
En esos
tiempos coincidencialmente trabaja con una empresa portuaria y por lo cual me dirigí
a la persona encargada en aquella reunión, el cual era pastor de una iglesia
conocida y al momento de acercarme a este me interpelo diciéndome que no le
dijera pastor sino profeta, pues según él Dios lo había elegido como su profeta.
“Los fariseos y los maestros de la Ley son los
que más conocen la ley de Moisés. Ustedes deben hacer todo lo que ellos digan;
pero no hagan lo que ellos hacen, porque enseñan una cosa y hacen otra. Imponen
mandamientos muy difíciles de cumplir, pero no hacen ni el más mínimo esfuerzo
por cumplirlos. Todo eso lo hacen para que la gente los vea y los admire. Por
eso escriben frases de la Biblia en papelitos que guardan en cajitas de cuero,
y se las ponen en la frente y en los brazos.
Cada vez hacen más grandes esas
cajitas y los flecos que le ponen a la ropa, para que la gente piense que son
muy obedientes a Dios. Cuando van a la sinagoga o asisten a fiestas, les
encanta que los traten como si fueran los más importantes. Les gusta que la
gente los salude en el mercado con gran respeto, y que los llame maestros.” (TLA)
Los fariseos eran expertos en
practicar la hipocresía, entendamos por hipocresía el pecado que finge cualidades,
actitudes o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o
experimentan. Estos sabían la ley de Dios correctamente, la exponían bien al
punto que Cristo motiva a que las personas hagan los que ellos dicen, el
problema estaba en como esos religiosos practicaban lo que predicaban, pues no lo
hacia y lo que hacían era todo lo contrario.
Para mi uno de los indicadores más
fehacientes que evidencia que una persona es creyente o no, es su humildad, si
definimos humildad creo que la mejor definición la tiene el diccionario de la
real academia de la lengua español el cual nos dice sobre esta: “Virtud que
consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en
obrar de acuerdo con este conocimiento.”
A que voy con todo lo anterior,
sencillamente que, si somos verdaderos creyentes como ya dije, y si realmente
Dios nos ha redimidos del pecado debemos ser humildes. No se como existen
personas que aún se arrodillan a pedirle a Dios que los exalte porque ellos son
hijos de un rey, vemos como muchas iglesias se han creído el cuento que por ser
hijos de Dios el cual es el rey del universo nosotros debemos vivir como príncipes,
pero no de Dios sino del mundo, pues el verdadero príncipe de Dios se humillo a
si mismo haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz (Filipenses 2:8).
Hoy vemos como existen pastores que
son magnates, usan escolta, viven en mansiones y compiten con grandes
industriales los primeros puestos en riquezas. Tal vez usted me dirá, pero ¿Por
qué un pastor no puede ser rico? Bueno por varias razones, primero porque el evangelio
de Cristo no debe enriquecer a nadie materialmente, las riquezas del reino son
espirituales, claro está Dios mantiene a sus hijos para que vivan lo más cómodo posible pero sin extravagancias,
segundo el siervo de Dios si esta liderando una congregación y a esta le llega
mucho dinero por ofrendas o ayudas, lo que debe hacer es canalizarlas en la
obra social, pues es mas que claro que para eso las manda Dios y tercero es
completamente sabido que el dinero en grandes cantidades hace al hombre un dios
pequeño, ósea su propio dios, olvidándose del verdadero que es Jesucristo (Proverbios
30:8-10).
Por último, solo puedo decirte
que cuando entres a la presencia de Dios debes entrar con el corazón humillado pues
a este no desprecia Dios (Salmos 51:17) y no olvidar las palabras del maestro
que dicen: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora
a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará
en público.” (Mateo 6:6). La humildad nos debe caracterizar y debe ser el signo
de vida que predique a Cristo a los demás.
Que Dios le bendiga
Nelson Vergara
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