Antes de responder la anterior pregunta reconozco que muchos cristianos en nuestros días viven más pendientes de lo que el diablo va hacer que lo que Dios los mando hacer. Satanás se volvió el gancho para atraer a multitudes a las iglesias, es más vemos a muchos que se hacen llamar apóstoles o profetas siendo ídolos de las personas, pues los consideran expulsores profesionales de demonios.
En mi tierra Cartagena de Indias conocí un pastor que por la radio decía que los demonios corrían con solo oír su nombre, ósea que su nombre estaba al mismo nivel que el de Cristo, según él, otro se metió a vender Biblias y el negocio se le vino abajo, dijo que eran los demonios lo que le habían atacado, pero su carácter lo delato pues nos dimos cuenta que trataba mal a las personas, también conocí a otro que salía vestido de camuflado en sus predicas porque era un soldado de cristo que estaba en guerra constante con satanás y sus ángeles, hasta que un día el esposo de una de sus ovejas le puso la mano encima y lo mando a dormir al piso por un buen rato. En nuestros días esto es muy típico, y creo que son las ansias de poder y de ser admirado los que lleva a cometer estos desatinos.
El tema de las liberaciones o exorcismos, que es la acción de expulsar demonios de los cuerpos de las personas, se volvió hasta una actividad recreativa en algunas iglesias, los show dominicales donde se ve a algunos arrastrándose por el piso porque lo poseyó la culebra antigua, o el que ladra porque lo tomo un demonio diablocan, o el que se mareo porque lo domino el demonio del colesterol, son una de las muchas expresiones de locura que se dan en las congregaciones y que tiene cansado a más de un cuerdo.
Pero la realidad bíblica es otra, y son las escrituras las que devela que estas acciones no son más que emotividad, locura o algo semejante, pues Dios fue claro en su palabra y dejó bien sentado en esta lo que ocurriría con sus hijos referente a los demonios. En la porción bíblica de 1 Juan 5:18 se nos dice claramente: “Sabemos que el que tiene a Dios como Padre, no sigue pecando, porque el Hijo de Dios lo cuida, y el maligno no lo toca” (DHH).
Matthew Henry en sus comentarios bíblicos sobre este pasaje de la biblia dijo: “Toda la humanidad está dividida en dos partes o esferas: el que pertenece a Dios y el que pertenece al maligno. Los creyentes verdaderos pertenecen a Dios; son de Dios y vienen de Él, para Él y por Él; mientras el resto, de lejos la gran mayoría, está en el poder del maligno; hacen sus obras y apoyan su causa. Esta declaración general comprende a todos los incrédulos, cualquiera sea su profesión, situación o posición o cualquiera sea el nombre por el que se llamen. El Hijo guía a los creyentes al Padre y ellos están en el amor y el favor de ambos; en unión con ambos, por la morada y obra del Espíritu Santo”.
John MacArthur en su biblia de estudio comenta sobre este pasaje lo siguiente: “algunas traducciones dan a entender que el cristiano se guarda así mismo, pero los mejores manuscritos no lo indican así. La mejor lectura en el idioma original es “le guarda” o “lo cuida” refiriéndose al hecho de que Dios es quien protege al creyente”.
Si notamos la secuencia de 1 Juan 5:18 lo primero a que se refiere el texto es sobre el hombre que tiene a Dios como padre, es claro que no es escogencia del hombre que Dios sea su padre, es la elección de Dios sobre un grupo que el escogió antes de la creación del mundo, por ende, esta persona no practica el pecado (No peca constantemente) y Dios indefectiblemente lo cuida y no permite que el diablo lo toque.
Si usted cree que el diablo puede hacer algo sobre su vida, lo más seguro es que usted este mal adoctrinado o falto de fe, Dios no permite que sus hijos sean tocados por satanás de ninguna manera, y aunque hay pasajes donde Dios permitió que este hiciera algo sobre ellos como fue el caso Job en todo su libro, o el de Pablo que fue abofeteado por un mensajero del diablo (2 Corintios 12:7), son hechos particulares y bíblicos para que entendamos que Dios está en control de todo, pero nunca para creer que es lo que le puede ocurrir a un hijo de Dios.
Para concluir solo me queda decirte que los hijos de Dios estamos libres de la opresión del diablo, pues las puertas del hades no prevalecen contra nosotros por orden dada en Mateo 16:18 de la misma boca del Señor Jesucristo. Así que no hay porque temer, claro si eres un hijo de Dios.
Que Dios te bendiga.
Por: Nelson Vergara
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