Tres palabras acerca de la vestimenta de la mujer cristiana


Navegando en Facebook me encontré un artículo que me agrado y que escribió una iglesia sobre cómo debe vestir una mujer cristiana. Muchas denominaciones se han ido a los extremos dejando a la mujer completamente arropada cual monjitas enclaustradas,  por otra parte otras permiten por no corregir, que vistan tan sensual que más de uno en el culto se sonroja al ver aquello.

El articulo posee el fundamento bíblico de 1 Timoteo 2:9-10 el cual dice: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad”. Y el título que le pusieron fue “Tres palabras acerca de la vestimenta de la mujer cristiana”:

1) Decoro. Significa vestimenta decente, limpia, apropiada y de buena apariencia que demuestra respeto. La mujer de Dios NO se sujeta a las modas, ni usa ropas provocativas o estilos sensuales como mini-faldas, vestidos ceñidos o escotados, pues NO corresponde a mujeres que profesan piedad. La santidad interna se refleja en la conducta, comportamiento, modo de hablar y hasta en el vestir de la mujer de Dios.

2) Pudor. Significa vestimenta con vergüenza. Las mujeres que aman a Dios y respetan la Escritura bíblica se distinguen por usar ropa reservada que cubre y no expone el cuerpo, pues NO desean llamar la atención de los hombres, suscitando miradas viciosas, tampoco espera piropos obscenos, ni pretende levantar pasiones. La verdadera mujer de Dios NO usa ropas insinuadoras que inciten el deseo de las personas hacia las partes íntimas de su cuerpo, tampoco ropas marcadas a la silueta del cuerpo que estimule el erotismo e instintos carnales mediante la voluptuosidad.

3) Modestia. Significa vestimenta con moderación, con sencillez; no con lujos buscando vanagloria, provocar envidia en otros o gloria propia con ropas costosas. La motivación al vestir en la mujer cristiana debe ser el agradar y glorificar a Dios, no el orgullo ni la jactancia. La verdadera mujer de Dios sólo pide ser respetada y valorada por su inteligencia, sus valores y cualidades como persona piadosa. Una mujer que no le importa lo que los demás piensen de ella, ni de su cuerpo, sino que su única inquietud y propósito es agradar a su amado, y a Dios sometiéndose a su voluntad.

La Biblia declara como mandamiento, cómo la mujer de Dios debe vestir. ¿Pero entonces por qué estamos viendo lo contrario en muchas llamadas iglesias de Cristo, donde mujeres en los altares visten de forma provocativa y erótica sin ningún respeto por la casa de Dios?

Que Dios les bendiga.

Por: Nelson Vergara