Desmond Thomas Doss, El objetor de conciencia


Vuelve Mel Gibson a poner en escena una película de la vida real (Hacksaw Ridge) la cual deja plasmada en la mente de los cristianos y de muchas personas la actitud radical de un objetor de conciencia como fue Desmond Thomas Doss, un adventista del séptimo día que confió en Dios y que se aferró a su fe en Cristo para ir a la guerra sin tomar un arma. Cumpliendo no solo así con el mandamiento bíblico de “No mataras” (Éxodo 20:13) sino con la compasión por los demás, debido a que en medio del combate se dedicó a socorrer a sus compañeros heridos.

Lo llamativo de todo es que Desmond Thomas Doss sin arma como él había solicitado estar en medio de la guerra, salvaba a todo soldado moribundo y lo llevaba a un lugar seguro para que fuese sanado, y fue tal su afán de salvar heridos que en medio de las balaceras oraba a Dios que le regalara “uno más”, y lo más impresionante fue que socorrió incondicionalmente a varios combatientes enemigos.

La película es formidable, y ciertamente encontrarse con un film de este tipo hoy, es un verdadero milagro. Con “La pasión de Cristo” y este rodaje creo que Mel Gibson ha hecho un esfuerzo admirable para alentar con el séptimo arte la fe de muchos, y lograr así aportar un granito de arena en lo que respecta a concientizar a los hombres sobre la necesidad que tienen de su creador.

La vida de Desmond Thomas Doss es admirable y me recuerda mucho el pasaje de Daniel 3 donde el rey Nabucodonosor hace una estatua de sí mismo de veintisiete metros de alto, en oro puro, y ordena que sea adorada para que le den culto y honren su grandeza. Nabucodonosor era un rey arrogante por eso todo aquel que no lo hiciere seria lanzado a un horno de fuego donde indefectiblemente seria pulverizado por las llamas. 

Pero ocurrió que había tres judíos que el mismo Nabucodonosor había puesto al frente de las provincias de Babilonia, los cuales no cumplieron con la orden de adorar a la estatua y por eso fueron llamados a compadecer ante el rey, sus nombres eran Sadrac, Mesac y Abednego.  Al momento de estar frente al monarca, este pretendió que se arrepintieran y adoraran a su estatua, pero ellos le respondieron lo siguiente: “¡No hace falta que nos defendamos ante su majestad! Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de su majestad. Pero, aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua” (Daniel 3:16-18).

Para no alargar la historia, la cual puedes leer en la Biblia en Daniel 3, el rey manda que los introduzcan en el horno de fuego, pero cuando las llamas arden Nabucodonosor no solo ve a los tres judíos, sino que ve un cuarto ser con forma angelical que estaba con ellos, el cual para gran parte de los teólogos en especial para John F. MacArthur podría ser la segunda persona de la trinidad, ósea nuestro señor Jesucristo. 

Para concluir Nabucodonosor se da cuenta del poder de Dios por la visión que tiene, y no solo hace sacar a los tres judíos del horno de fuego, sino que alaba a Dios en gran manera y decreta que se descuartice a todo aquel que hable mal del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, los cuales obviamente salieron ilesos y no presentaron ni una sola quemadura.

Volviendo a la película Hacksaw Ridge, lo más impactante de esta y por ende de la vida real de Desmond Thomas Doss es que sus superiores y sus compañeros los cuales le habían hecho la vida imposible en el ejército por oponerse al uso de las armas, terminaron arrepentidos declarando el poder y la majestad de Dios, de tal forma que no volvían al combate si Desmond no oraba, pues para ello lo que estaba sucediendo con él era un verdadero milagro y de igual forma que Nabucodonosor se dieron cuenta que Cristo no solo era un personaje de la historia bíblica sino una realidad perenne. 

Entonces la pregunta que nos tenemos que hacer hoy todos los cristianos es ¿Estamos ejercitando la fe al punto que hasta los incrédulos dan gloria a Dios y claman por su presencia? Sería importante reflexionar constantemente en esta pregunta, porque lamentablemente hoy muchos cristianos vivimos de incognitos en medio de una sociedad que necesita y desea en su subconsciente que se le hable de Cristo.

En nuestros dias muchos que camina por despeñaderos y vidas perdidas, aunque tercos, saben en el fondo que solo Cristo es quien los puede ayudar, pero como dice la misma biblia ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? (Romano 10:14).  A esto solo me queda decir “AMEN”.

Que Dios les bendiga

Por: Nelson Vergara 

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